(Reuters) Las detenciones en Estados Unidos de sospechosos de ser inmigrantes ilegales aumentaron casi 40% en los primeros 100 días de la presidencia de Donald Trump.
Thomas Homan, director en funciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés), dijo que las detenciones hechas por su agencia aumentaron a 41,318 entre el 22 de enero de este año y finales de abril, frente a las 30,028 realizadas en aproximadamente el mismo período del año pasado.
De los detenidos, casi dos tercios tenían condenas penales. Sin embargo, también hubo un salto significativo -de más de 150%- en el número de inmigrantes sin condenas por otros delitos que han sido arrestados por el ICE: 10,800 desde el comienzo del año en comparación con las 4,200 del mismo período del 2016.
Ese aumento es resultado de la reciente directriz dada por el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, para implementar los decretos de Trump sobre la aplicación de la ley de inmigración y seguridad fronteriza firmados el 25 de enero, pocos días después de que el presidente estadounidense asumió el cargo.
“Aquellos que entran ilegalmente al país y violan la ley cometen un acto penal”, afirmó Homan en una teleconferencia, en la que enfatizó que los inmigrantes que representan una amenaza para la seguridad nacional o que tienen antecedentes penales siguen siendo una prioridad para la agencia.
Señaló que el ICE seguirá teniendo como objetivo a personas que tienen una orden final de expulsión del país emitida por un juez de inmigración, incluso si no han cometido otro delito.
“Cuando un juez federal toma una decisión y emite una orden, esta orden tiene que significar algo”, manifestó Homan.
En tanto, el número de personas detenidas cruzando la frontera con México ha disminuido significativamente desde el comienzo del año, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés).