(AFP) La autoridad electoral de Venezuela comenzó este miércoles a revisar cerca de dos millones de firmas que presentó la oposición para activar el referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro, quien se dijo listo para enfrentarlo pese al disgusto popular por la crisis económica.
“Estamos en el proceso de contabilización de las planillas, con seguridad, celeridad y transparencia durante tres días o cuatro, quizás hasta lunes o martes”, declaró la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena.
Testigos del gobierno y la oposición vigilan el proceso en instalaciones del CNE en Filas de Mariche (este de Caracas), en privado y bajo medidas de seguridad, precisó Lucena en rueda de prensa.
Según la ley, el CNE debe revisar en cinco días las listas y en otros cinco llamar a los firmantes a ratificar su apoyo con la huella digital. Pero Lucena prefirió no referirse a plazos específicos en las siguientes etapas del proceso.
La coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) entregó el lunes 1.85 millones de firmas, de un total de 2.5 millones que recolectó, para solicitar la activación del revocatorio, aunque sólo tenía que entregar 195,721 (1% del padrón electoral).
El CNE, al que la oposición acusa de servir al gobierno, debe validar esas primeras firmas para luego autorizar la recolección, en tres días, de otras cuatro millones de rúbricas (20% del registro electoral) requeridas para convocar al referendo. Estas deben ser revisadas en 15 días.
“Estamos trabajando incansablemente, estamos trabajando ‘full time’ (tiempo completo)”, afirmó Lucena, al descartar que el proceso se vea afectado por la jornada laboral de dos días a la semana que declaró Maduro para ahorrar electricidad.
¡Estamos listos para lo que venga!
En su primera declaración directa sobre la aceptación de un revocatorio, Maduro afirmó que lo que diga el CNE será “palabra sagrada”. “Si en el segundo paso llegara a decir que se recogieron las firmas, vamos a referéndum y punto”, afirmó la noche del martes.
Para que el mandatario socialista sea revocado, el “Sí” deberá obtener más de los 7.5 millones de votos con los que fue elegido en abril del 2013 tras la muerte de su mentor, Hugo Chávez.
“Estamos listos para lo que venga”, aseguró Maduro, aunque vaticinó que los intentos para sacarlo del palacio de Miraflores fracasarán rotundamente.
Pero la oposición, que arrasó en las elecciones parlamentarias de diciembre pasado, está confiada. “Lo vamos a lograr porque el pueblo quiere salir de este gobierno”, aseguró el secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba.
Un 68% de los venezolanos está a favor de que Maduro deje el poder y haya elecciones, y un 84% estima negativa la situación del país, según la firma Venebarómetro.
Vivir con la inflación más alta del mundo (180% en el 2015), una severa escasez de alimentos, medicinas y otros productos básicos, y con cortes de luz por una crisis eléctrica, ha aumentado el malestar popular en este país petrolero de 30 millones de habitantes.
Maduro atribuye la crisis a una “guerra económica” de empresarios de derecha y al desplome de los precios del crudo, y dijo sentirse seguro, si hay referendo, de que “el pueblo no me va a fallar”.
El tiempo cuenta
Históricamente dividida, la oposición, que controla el Parlamento, está de lleno volcada al referendo revocatorio, tras fracasar una enmienda constitucional con la que intentaba acortar el mandato de Maduro, que concluye en el 2019.
“Si el CNE no cumple los lapsos tendrá al pueblo en la calle. Si pretenden mamarnos gallo (engañarnos), tendrán un pueblo movilizado permanentemente”, dijo el líder opositor Henrique Capriles, excandidato que perdió las elecciones contra Maduro en el 2013 por estrecho margen.
Lucena acusó a sectores de la oposición de atacar al poder electoral. “El CNE no actúa por chantaje de nadie, no recibe presiones de nadie”, manifestó.
“Estamos avizorando el desarrollo de una estrategia de crispación social, que si no es detenida puede llevarnos a escenarios de desconocimiento institucional y de violencia”, advirtió.
La oposición quiere que el referendo se haga antes del 10 de enero, cuando se cumplen cuatro años del periodo que inició Hugo Chávez y que, tras su muerte, está completando Maduro.
Si el revocatorio ocurriera después de esa fecha y lo perdiera Maduro, la Constitución prevé que sea reemplazado por el vicepresidente. Si es antes, habría elecciones presidenciales.
El constitucionalista Hermann Escarrá, asesor del gobierno, puso en duda que el referendo se haga en el 2016, pues recordó que puede haber recursos legales que lo dejarían “para la mitad del otro año”.