Buenos Aires (AFP).- Argentina y Venezuela, bajo gobiernos de signo político opuesto, tiene dos presos políticos que ensombrecen sus récord en materia de derechos humanos, la líder indígena Milagro Sala y el dirigente Leopoldo López, señaló la dirección de Aministía Internacional de ambos países en Buenos Aires.
El resumen fue particularmente crítico con el gobierno argentino, percibido como uno de los primeros en “contagiarse” de una retórica en la que nuevos líderes mundiales, entre ellos el estadounidense Donald Trump, “identifican a personas vulnerables, como refugiados o inmigrantes, para justificar políticas de seguridad o políticas económicas” discriminatorias y excluyentes.
En una revisión regional de la situación de los derechos humanos, Amnistía Internacional consideró 2016 como un año de grandes retrocesos en la materia en el mundo, que volvió a configurar a América Latina como la región más desigual y violenta del planeta, con Venezuela, México, Brasil, El Salvador y Nicaragua liderando nuevamente los índices más altos de homicidios.
El organismo internacional criticó lo que consideró “dos idiomas” del gobierno del presidente argentino Mauricio Macri en su compromiso con los derechos humanos, que desde que asumió en diciembre de 2015 reclamó apego a la democracia en Venezuela y la liberación sin condiciones de López.
“Argentina suele mostrarse más progresista afuera que lo que es realmente adentro, eso ha sido históricamente así”, dijo Mariela Belski, directora de AI en Argentina, tras señalar que el presidente Macri tiene que convencer primero a los argentinos de su compromiso con los derechos humanos en el país.
Amnistía recalcó que como organismo ha defendido por igual al venezolano López y la argentina Milagro Sala. “Ambos casos coinciden en que están detenidos arbitrariamente”, dijo Belski.
La directora de AI Argentina no descartó que en el futuro Sala sea declarada como “presa de conciencia”, al igual que López en Venezuela.
Leopoldo López, de 45 años, purga desde 2014 una condena de casi 14 años de cárcel, acusado de incitar a la violencia durante protestas contra el presidente Nicolás Maduro. Esas manifestaciones dejaron 43 muertos entre febrero y mayo de 2014.
Milagro Sala, de 53 años, diputada electa del Parlasur y líder de la organización Tupac Amaru, fue detenida en enero de 2016 en la provincia de Jujuy por protestar contra el gobierno local, lo cual varias la oposición al gobierno argentino la consideran una presa política de Macri.