Ricardo Montero Reyes / Raúl Castro Pereyra
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El proceso de licenciamiento de las universidades está en marcha. En noviembre del año pasado, la Superintendencia Nacional de Educación Universitaria (Sunedu) publicó las condiciones básicas de calidad que espera que tenga cada una de las 142 universidades que hay en el país.

Es decir, el licenciamiento será solo para las universidades que cumplan con un paquete de ocho requisitos: existencia de objetivos académicos, oferta educativa compatible, infraestructura y equipamiento, transparencia, servicios complementarios como médicos o deportivos, indicadores de inserción laboral, así como líneas de investigación y no menos del 25% de docentes a tiempo completo.

La Sunedu hoy ocupa el local de lo que fue la Asamblea Nacional de Rectores (ANR) en Surco. Un grupo de 14 universidades entregó el 26 de febrero la información con la que buscan obtener la licencia. El 15 de mayo un segundo grupo, de quince universidades, lo hará. En total, hay ocho conjuntos que entregarán información hasta octubre del 2017, detalla Lorena Masías, titular de la Sunedu.

¿Cómo se formaron los grupos? ¿Cómo se determinó cuáles irían primero?
Hemos usado el criterio objetivo de antigüedad. Por eso en el primer grupo se encuentran universidades como San Marcos, Cayetano, Pacífico o Católica.

En total hemos tenido 14 universidades y adicionalmente hubo tres que estaban en grupos posteriores, pero decidieron presentar su solicitud ahora.

¿Por qué se mide con la misma vara a universidades privadas con buena infraestructura, frente a universidades públicas que deben trabajar con el mismo presupuesto de hace 15 0 20 años?
En realidad todas las universidades tienen que cumplir las mismas condiciones básicas de calidad. Ahora, lo que hemos hecho es dar un plazo de dos años para adecuarse y ese plazo considera lo que es un ciclo presupuestal. Pongo este ejemplo: una universidad pública se hace una autoevaluación de cómo está con relación a los indicadores de calidad y descubre que tiene aspectos de infraestructura que debe subsanar, entonces tiene dos años para cumplir y en ese periodo puede ir al MEF y argumentar que le faltan recursos para mejorar las condiciones exigidas.

¿Y si el MEF le da la espalda?
Ahí necesitamos la colaboración del Ministerio de Educación y del Ministerio de Economía, y aquí en realidad se trata de prioridad, la prioridad es mejorar la calidad de la educación…

Usted dijo que las universidades han sido divididas en ocho grupos para ser evaluadas. ¿Cuándo será licenciado el último grupo?
Deben estar entregando la información hacia fines de octubre del 2017…

Entonces, si todo marcha bien, el 2019 se pondrían tener los frutos del real proceso de reforma universitaria en el Perú…
Para fines del 2018 todas las universidades tienen que estar evaluadas.

En este momento algunas de las universidades tendrían que cerrar por no cumplir los estándares de calidad. ¿Cuál es la expectativa de ustedes respecto al 2018?
La expectativa de Sunedu es que haya una mejora de calidad en las universidades.

Esa es la sumilla de su plan de trabajo, pero la pregunta es, ¿con cuántas universidades llegaremos al 2018?
No me atrevo a decir ningún número porque el fin de todo este ejercicio es la mejora de la calidad. El fin no es disminuir las universidades.

¿En los próximos dos años no habrá cierre de ninguna universidad, tomando en cuenta los plazos que se han fijado?
Las licencias no se entregarán luego de dos años, sino inmediatamente de ser el caso. Aquellas universidades que necesiten ayuda tendrán que ajustarse a la norma.

Pero para ello tienen dos años, es decir, ¿no habrá cierre en al menos dos años?
Hemos dado un plazo de adecuación de dos años, no podría haber cierres.

¿Por cuánto tiempo es el licenciamiento que otorgan?
Es temporal renovable, la ley habla de un mínimo de seis años.

¿Después del licenciamiento qué viene?
Hay un proceso de supervisión para que se mantengan las condiciones básicas de calidad en la educación. Acá también se supervisarán los recursos públicos y privados.

Al comienzo parecía que la ley buscaba frenar la proliferación de malas universidades , pero ahora a todas las han puesto en el mismo saco. ¿Esto no es un error? ¿No era mejor direccionar la supervisión?
Queremos tener una línea de base y luego un diagnóstico de todas las universidades para hacer una evaluación más fina de cada una de ellas.

Pero ¿sinceramente cree que en dos años habrá el mismo número de universidades? ¿Ninguna desaprobará el licenciamiento?
En realidad aquí lo importante es mejorar la labor y mejorar la calidad de la educación.

¿No es esa una posición muy permisiva?
Pero el objetivo per se no es reducir el número de universidades. A priori yo no puedo decir cuántas van a cerrar.

Pero cree que todas van a pasar, que todas son buenas.
Nos toca hacer la evaluación y tener una posición objetiva de cómo están.

Nuevas tareas
En enero del 2015, Masías asumió la conducción del Sunedu. Quizá su trabajo se volvió más mediático cuando se tomó la decisión de enfrentarse a un grupo de autoridades de universidades nacionales que se resistía a cumplir la ley.

La funcionaria afirma que había un grupo de 31 casas de estudios nacionales que debía elgir nuevas autoridades antes del 31 de diciembre del 2015, 21 lo hicieron, nueve están con interinas. Sin embargo, hay un caso distinto.

“Hay una universidad en la que todavía hay una actitud de rebeldía, que es la Universidad Nacional Micaela Bastidas de Apurímac, donde producto de una medida cautelar aún se mantiene un señor que fue designado por la ANR”, detalla.

Se ha cuidado usted de decir un señor y no un rector…
Es que no es rector, él fue designado presidente de una comisión reorganizadora antes de julio del 2014 y se ha quedado.

¿Cuándo acaba el gobierno de los interinos?
Las elecciones se deben celebrar a partir de abril, cuando se reinician las clases. Pienso que desde el segundo semestre ya no deberíamos tener autoridades interinas.

Sobre el caso de San Marcos, donde aparecieron dos personas para sustituir al rector, una muy cercana a Cotillo y la otra muy lejana, ustedes escogieron a la más distante.
No, la universidad presentó la solicitud de reconocimiento y Sunedu verificó que se había cumplido con el estatuto y la Ley Universitaria, y en base a ello se dio un pronunciamiento a favor de la señora Antonia Castro, y lo mismo ha sucedido con otras universidades.

En esta etapa de licenciamiento no han discriminado entre universidades. ¿Por qué no sucedió lo mismo con las autoridades, donde se retiró a la de las públicas y se les dio pase a las de las privadas, donde algunas de ellas tenían más de 20 años en sus cargos?
Las universidades privadas, y es parte de su autonomía, son libres de decidir cuál va a ser su régimen de gobierno y la elección de sus autoridades. En cambio, en el caso de las públicas la ley regula su régimen de gobierno.

¿Estamos hablando entonces de que existen dos formatos?
En la Ley Universitaria, respecto al régimen de gobierno, así es, hay dos formatos. La ley le da libertad a las privadas para elegir su régimen de gobierno y autoridades, y eso porque el Estado no les puede decir cómo deben organizarse. En cambio el Estado sí tiene una responsabilidad respecto a las universidades públicas.

¿No cree que un mal gobierno de una universidad, sus malas autoridades, pueden influir en el nivel académico?
Nosotros pensamos que una buena autoridad sí puede hacer mucho en términos de favorecer la calidad, este sí es un tema para nosotros relevante (…) Puede haber algunas universidades donde existen esos casos, pero si las universidades están haciendo mejoras en la calidad de la educación y no hay, digamos, un problema de fondo, Sunedu no tiene por qué intervenir.

Agenda pendiente
Lorena Masías defiende la conformación de la Sunedu y la autonomía de la institución. Son precisamente las dudas que existen sobre su autonomía las que han provocado que más de un candidato ponga en duda la continuidad de la superintendencia. También se habla de cambios a la Ley Universitaria.

“En febrero del 2015 se designó una comisión compuesta por profesionales del Consejo Nacional de Educación para elegir a los miembros del consejo directivo de Sunedu. Nadie puede decir que en este contexto dependen del Gobierno ni tampoco de los siguientes porque cada año se renovará a un miembro. Nadie puede decir que la Sunedu depende del Gobierno o de las universidades”, afirma.

Pero se dice que la Sunedu es una entidad del Gobierno, por tanto el nombramiento de usted es político…
Sunedu es una entidad independiente de las universidades, para no ser juez y parte, y también del Gobierno.

Pero, al fin al cabo, al jefe de la Sunedu lo elige el Ejecutivo…
Es una institución con una directiva de siete personas.

Pero usted manda
Es un cuerpo colegiado.

¿El modelo de la autonomía universitaria ya caducó?
La autonomía está viva porque cada universidad puede elegir su forma de gobierno.

Solo en las universidades privadas, en las públicas no…
Pero ellas eligen a sus autoridades, a estas los eligen sus profesores y sus alumnos. Lo que a nosotros nos interesa es la libertad de pensamiento e innovación para que mejore la calidad.

¿Qué cantidad de profesores no tienen maestría?
Esa es la información que estamos levantando. Lo que hemos dado es un plazo de cinco años para que los profesores se adecuen. Sin embargo, los nuevos docentes que se contraten sí deben tener maestría.

Los últimos premios Nobel de Economía no poseen un posgrado, con la ley no podrían dictar en Perú…
La ley sí se ha puesto en el supuesto de que una persona con todas las calificaciones sí puede enseñar, estas personas entran en la categoría de docente extraordinario (que puede ser el 10% del total de los docentes).

Pero hay que valorar que en países como Estados Unidos se exige doctorado para dictar.

¿Cree que la ley universitaria es muy buena o que debe ser modificada?
Estamos en un proceso de aplicación y en este contexto vamos a obtener información muy rica, en el proceso de licenciamiento, lo cual nos va a decir si se requiere hacer algún tipo de subsanación.