MINSK, Bielorrusia, (AFP).- Las negociaciones de paz entre el gobierno de Ucrania y los rebeldes prorrusos se reanudaron este miércoles en Minsk sin aparente éxito, ni fecha para que continúen y poner fin a un conflicto que ya se ha cobrado más de 4,700 muertos.
Además de la retirada de las armas pesadas, ambas partes deben discutir el intercambio de prisioneros. Los servicios de seguridad ucranianos (SBU) anunciaron este miércoles que liberarían a 225 personas, entre las que había ciudadanos rusos.
Según fuentes ucranianas, los insurgentes aún mantienen detenidos a entre 630 y 690 personas, entre militares, periodistas, voluntarios y civiles.
Los enfrentamientos entre soldados ucranianos e insurgentes prorrusos se iniciaron en el mes de abril, en el este del país.
Un alto el fuego instaurado el 9 de diciembre ha sido globalmente respetado, pese a algunos enfrentamientos esporádicos.
Pero la reunión de Minsk se celebró en un contexto de creciente tensión entre Ucrania y Rusia, poco después de un simbólico voto en el parlamento de Kiev sobre el abandono del estatuto de país no alineado, una decisión que le permitirá solicitar en un futuro su adhesión a la OTAN.
El presidente ucraniano justificó la necesidad de la ley por la “agresión” militar rusa contra Ucrania. Kiev y Occidente acusan a Moscú, tras la anexión en marzo de Crimea, de haber organizado y armado a la rebelión y de haber lanzado una ofensiva militar en la región.
Por su lado, Rusia condenó claramente la decisión del parlamento ucraniano.
“De facto, se trata de una demanda de adhesión a la OTAN, lo que transforma a Ucrania en un potencial adversario militar de Rusia”, declaró el lunes el primer ministro ruso, Dimitri Medvedev.
Esta decisión “tendrá consecuencias extremadamente negativas, y nuestro país se verá obligado a reaccionar”, añadió.
Por su lado, el ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, advirtió de que si Ucrania abandona el estatuto de país no alineado “exacerbará el clima de confrontación”.