El número de proyectos de ley que reciben y discuten las comisiones del Congreso difiere mucho del número de propuestas que terminan convirtiéndose en leyes. Un claro ejemplo es lo que sucede en la Comisión de Economía.
De los 1,436 proyectos que se presentaron en general en el 2014, 115 de dichas iniciativas fueron a parar al referido grupo de trabajo y apenas 16 superaron la valla y se convirtieron en normas.
Otro ejemplo de esto se encuentra en la Comisión de Constitución, grupo parlamentario que recogió el año pasado 87 iniciativas legislativas, pero solo dos ahora son normas.
En el camino
¿Pero por qué la mayoría de proyectos legislativos no alcanza la categoría de norma? Para el ex oficial mayor del Congreso José Cevasco, el problema radica en que muchos de estos proyectos son presentados sin la debida necesidad para convertirse en leyes.
“Muy pocas veces, el Congreso toma en cuenta las reales prioridades de políticas públicas que el país precisa. Hacen sus proyectos en base a demandas que recogen de los pueblos y hay proyectos que no necesitan ser leyes, pues pueden tramitarse en el Ejecutivo como decretos de urgencia o resoluciones ministeriales”, subrayó.
Cevasco considera que el “embalse” de iniciativas legislativas se debe también a que los congresistas no toman en cuenta la agenda que cada año se aprueba en el Congreso. Es decir, muchas ni siquiera son revisadas. “No coordinan las bancadas”.
Otras entidades
Las cifras son menos alentadoras para las propuestas que no nacen propiamente del Congreso.
El año pasado, las instituciones estatales presentaron alrededor de 142 proyectos. No obstante, casi el 100% de estas esperan convertirse en leyes.
Otrosí digo
Proyectos se debaten hasta en dos comisiones
Trayectoria. Un proyecto llega primero a la secretaría técnica de una comisión, donde se elabora un predictamen que se debate en la comisión. De aprobarse, se convierte en dictamen para su debate en el pleno. Un proyecto puede seguir este proceso hasta en dos comisiones.