La revolución digital de América Latina está generando una transformación dramática en el comportamiento humano y en las vidas de las personas. Lo digital está transformando la forma en la que interactuamos, y cómo hacemos nuestras transacciones. La era digital representa el cambio más grande en los pagos desde el surgimiento de la tarjeta plástica, por lo cual veremos más cambios en los pagos durante los siguientes cinco años que los que hemos visto en las cinco décadas previas.
En el Foro Económico Mundial en América Latina, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) les solicitó a los gobiernos utilizar su poder adquisitivo para apoyar y promover el desarrollo de los servicios de pago digitales para el uso de los ciudadanos y negocios en sus vidas diarias.
Yo no podría estar más de acuerdo. América Latina se destaca como el lienzo ideal para las tecnologías y servicios de pagos, en gran medida debido a tres factores clave:
1. América Latina cuenta con una de las poblaciones de mayor crecimiento en usuarios de teléfonos inteligentes. En promedio, hay tres dispositivos conectados por hogar, siendo los teléfonos inteligentes el tipo de dispositivo más buscado por los usuarios.
2. Un Reporte de Movilidad de Ericsson de 2015 predijo que habrá 850 suscripciones móviles (teléfonos inteligentes, PC’s, tablets, routers móviles y teléfonos básicos) para 2021. Mientras tanto, la penetración de suscriptores únicos en América Latina y el Caribe ha subido desde 56% en 2010 a 68% en 2015, según un estudio de Inteligencia GSMA, y se estima que esto llegue a 79% para 2020.
3. América Latina ha experimentado un crecimiento tremendo en e-commerce (comercio en línea). Según una investigación de 2016 desarrollada por Business Insider (BI) Intelligence, es la segunda región de mayor crecimiento detrás de Asia-Pacífico.
Al mismo tiempo, la región LAC ha logrado grandes avances en el desarrollo de su sistema financiero según la última edición del Global Findex. Por ejemplo, el 51% de los adultos en la región cuenta ahora con una cuenta bancaria, comparado con 39% en 2011. A través de la región, el 28% de los adultos realizan pagos directamente desde sus cuentas utilizando tarjeta débito, comparado con el 14% en países en desarrollo, en promedio.
Mientras los bancos continúan siendo percibidos como el lugar más ‘seguro’ para la información financiera de los consumidores, cada vez hay más datos sobre el incremento en el uso de móviles, ventas de aparatos telefónicos, servicios digitales y la proliferación de la expansión de WiFi, que indican un cambio cultural.
Para que los consumidores en la región de LAC trasladen sus actividades de banca y pagos, con base más que todo en el contacto personal y el relacionamiento, hacia las apps móviles, los actores tecnológicos y financieros deben ganar su confianza y respeto. Esto puede lograrse educando a los consumidores sobre cómo utilizar las apps y navegar los sitios en línea, asegurándoles que sus datos e información de tarjeta estarán seguros.
Sin embargo, para realmente apoyar a las personas y negocios desde la base, es crucial trabajar en colaboración con gobiernos locales para lograr un mejor entendimiento de los valores culturales y necesidades de cada comunidad, y para ayudar a incorporarlos a la economía de pagos digitales.
Por ejemplo tomar la necesidad que tienen millones de personas de trasladarse al trabajo, o de trasladarse dentro de sus ciudades en transporte público. Hemos trabajado con bancos y grupos de transporte en la región de América Latina para permitir que los pasajeros paguen los pasajes de forma sencilla y segura con sus tarjetas bancarias. Esta es una gran manera de impulsar la movilidad de las personas y de demostrar claramente los beneficios y ventajas de los pagos electrónicos. Por ejemplo, los colombianos están accediendo a los sistemas de transporte masivo a través de sus tarjetas bancarias en Bogotá, Cali, Barranquilla y Medellín, mientras en Brasil, los consumidores están utilizando la misma solución de tránsito público en São Paulo, Rio de Janeiro y Curitiba.
La evidencia es contundente: las personas de América Latina quieren una vida más conectada, y con eso, recibimos la revolución de los pagos en una región en dónde el apetito por el cambio digital es enorme.
Por Gilberto Caldart
Presidente de Mastercard América Latina y el Caribe