Que nuestras principales autoridades hayan definidos metas como la diversificación productiva para consolidar el proceso de desarrollo es importante, pero un prerrequisito para lograrlo es que toda la población cuente con disponibilidad de energía eléctrica, tanto para su consumo doméstico como para sus actividades productivas.
¿Dónde nos encontramos en electrificación y hacia dónde queremos llegar?
En el Perú, el consumo eléctrico per cápita es de alrededor de 1200 Kwh por año, mientras que en Chile es casi el triple, en los Estados Unidos diez veces el nuestro, lo que indica que tenemos un gran potencial de crecimiento y de expansión de nuestra capacidad productiva.
Los niveles de electrificación del Perú alcanzan 92% sin embargo, la mayor disparidad en los niveles de electrificación se encuentra en la población rural, que alcanza al 75%, sea por la dispersión de su ubicación o por las dificultades de acceso.
No obstante, se está avanzando y se ha diseñado un Plan Nacional de Electrificación Rural que empleará, entre otros, paneles fotovoltaicos para que dichos pobladores cuenten con acceso al servicio eléctrico.
Anticipándose a la demanda, el Ministerio de Energía y Minas (Minem) ha aprobado recientemente el Plan Energético Nacional 2015-2024, el cual busca mejorar la calidad, fiabilidad, seguridad o economía del sistema eléctrico nacional.
Asimismo, el MINEM ha definido como objetivo que el 5% de la electricidad producida en el país provenga de energías renovables no convencionales, para lo cual convocará a una nueva licitación en el año 2015.
En la actualidad, el 53% de la energía eléctrica que abastece al país proviene de hidroeléctricas, por lo que se requiere mayor convicción del Estado y respaldo a los inversionistas que desean desarrollar proyectos hidroeléctricos como Ocoña Hydro, las Centrales Hidroeléctricas Rapay 1 y 2, Quitaracsa 2, entre otros.
¿Cómo es que los países desarrollados llegaron a los niveles de electrificación de que disponen?
Tan sencillo como generar confianza a través de una legislación promotora, así como las condiciones para que el país en su conjunto se haga atractivo a las inversiones de todo tipo.
Sea cual fuere las actividades económicas que se desarrollen, éstas demandarán energía por lo que surgirán generadores dispuestos a proveerla siempre que haya una tarifa adecuada que haga posible las inversiones para expandir la red eléctrica y ejecutar nuevas centrales de generación.
¿Qué es lo que le interesa al consumidor final?
Que el servicio eléctrico se encuentre disponible en todo el territorio nacional, a precios competitivos y en condiciones de calidad, que el fluido eléctrico no sea oscilante, porque ello ocasiona pérdidas de producción y daña los equipos, tanto a los de uso industrial como domésticos. Que exista disponibilidad de energía suficiente como para atender la expansión prevista de la demanda.
Afortunadamente, en lo referente al precio de la energía, el Perú ocupa por tercer año consecutivo el primer lugar entre 124 países, según el Foro Económico Mundial, en su publicación “Global Energy Architecture Performance Index”.
¿Cuáles son los cambios que se vienen tanto en la generación como en el consumo de la energía?
Se trata de inventos que ya existen, pero cuyo uso no han sido masificados. Quizás en la próxima década sea común observar que más viviendas exhiban en sus techos celdas fotovoltaicas, lo que los convertirá en generadores y consumidores a la vez.
Hay que diseñar sistemas de alimentación del excedente de energía hacia la red, con la finalidad de que se pueda atender a otros consumidores. Generación de energía empleando paneles solares o aerogeneradores accionados por el viento.
Empleo masivo de vehículos eléctricos, al no haber combustión no se produce desgaste de las piezas del motor, se prolonga la durabilidad de los mismos.
En adelante, los grifos dejarían de existir o se transformarían en zonas de recargas públicas en el caso de que algún conductor despistado no se percate de que se quedó sin energía en un área distante a su domicilio. Entre muchas otras novedades.
La COP 20 y el Cambio Climático
Este evento llevado a cabo a fines del año pasado, además de los fines que se había planteado, también motiva la toma de acción por parte de la ciudadanía, así como de los agentes económicos.
En el campo de la energía se propone el empleo de energías renovables, como pudiesen ser la hidráulica, la eólica, la solar, la geotérmica (emplea el vapor de agua a altas y bajas temperaturas) y la biomasa (emplea residuos animales, vegetales y desechos urbanos).
Estas tecnologías permiten la generación de Bonos de Carbono, impulsando así tecnologías amigables con el ambiente o “climate-friendly”.
Lo que no se suele decir, con relación a las denominadas energías renovables alternativas (con excepción de la hidráulica) es que no todo son ventajas. Por ejemplo, el costo de la energía solar es elevado respecto de otras fuentes de generación.
Además, debe ser emplazada en grandes extensiones y en zonas donde hay gran radiación, además de presentar la dificultad de ser energías intermitentes, sujetas a condiciones climáticas favorables, por tanto requieren de la implementación de equipos de respaldo para cuando no puedan abastecer a la demanda.
En el caso de la energía eólica se requiere que las zonas donde se instalan las hélices haya presencia continua de vientos a gran intensidad, por lo que se emplea en ciertas áreas del país, como las de Cupisnique en La Libertad y Talara en Piura, consideradas las más grandes de Sudamérica después de Brasil. La energía eólica también requiere de equipos de respaldo para evitar que se produzcan cortes de servicio por ausencia de vientos.
En el caso de la electricidad generada por Biomasa es preferible que la planta se ubique próxima a la fuente proveedora de residuos, de lo contrario, el costo de traslado de dichos materiales esteriliza los ahorros que pudiesen lograrse.
Muchas gracias por leerme, para que más peruanos seamos conscientes de la importancia de la minería en el proceso de desarrollo y generación de bienestar en el Perú.