PLAN DE ZAVALA. El presidente del Consejo de Ministros acudió ante el Congreso para cumplir con la obligación constitucional de solicitar el voto de investidura para él y su gabinete. La presentación siguió el hilo conductor de la realizada por el presidente Kuczynski el 28 de julio. Sin embargo, el premier debía conectar con el Parlamento y no con el país. Al parecer lo olvidó.
Zavala optó por centrarse en algunas de las promesas realizadas durante la campaña y la forma de llevarlas a cabo, aunque buen número de parlamentarios de la oposición consideró que no se dijo cómo se iban a cumplir las metas presentadas. Durante dos horas el premier trató de tocar casi todos los sectores y en varios casos como seguridad ciudadana o economía, sintetizó los anuncios ya realizados días atrás por los propios ministros. Su discurso fue desde fijar un plazo de dos años para destrabar los megaproyectos, instaurar la historia clínica digital en todos los centros de salud del país hasta la apuesta por metas ambiciosas como cerrar la brecha de infraestructura social en 50% al cabo de cinco años.
Sin embargo, la presentación mostró ausencias a nivel económico. Por ejemplo, no se hizo mención a la reducción del 1% del IGV, uno de los pilares desde el inicio de la campaña, más allá de decir que se bajarán los impuestos. Tampoco se han cuantificado los ofrecimientos, hecho señalado durante el debate. Además, la fecha para el cumplimiento de un gran número de los planteamientos es al fin del Gobierno (el Bicentenario), a pesar de que Zavala había señalado que habría metas a 100 días, a dos años y a cinco años. Otros temas ignorados fueron los relativos al gas y la renegociación de los contratos, así como el tratamiento de la minería ilegal.
El Congreso, que fue su público objetivo, es un foro político y el premier evitó dar un discurso en ese sentido al no criticar lo hecho por la administración pasada ni hacer, por lo menos, un resumen del país que recibieron.
Varias de las metas de Zavala van en el sentido correcto, toca ahora aterrizar tanto en conocer el financiamiento como el detalle de su implementación. Esta tarea le corresponde a los ministros, quienes sí deberían establecer metas más claras y fechas precisas.