INVIERTE.PE. El Ejecutivo ha iniciado la promulgación de decretos legislativos orientados a la reactivación de la economía. Una de esas modificaciones se enfoca en la eliminación del Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP), que ha sido reemplazado por uno con un nombre más largo: Sistema Nacional de Programación Multianual y Gestión de Inversiones.
El Decreto Legislativo 1252, que declara la muerte del SNIP y el nacimiento del nuevo sistema, no menciona su “apodo” (“Invierte.pe”), pero sí establece las pautas que de ahora en adelante seguirán las entidades del Estado para vérselas con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Por ejemplo, los gobiernos regionales y locales ya no tendrán que presentar los estudios de perfil, prefactibilidad y factibilidad, sino documentos simplificados con la información necesaria para su aprobación, lo que reducirá a la mitad los tiempos de preparación de los proyectos.
La idea de este nuevo sistema es dinamizar y agilizar las inversiones, mejorar el gasto público e incluso, al hacer más sencillos los procedimientos, puede convertirse en una herramienta importante para evitar la corrupción. Sin embargo, los cambios de nombre y trámites tienen que venir también con un cambio de mentalidad. Es que el esfuerzo del Gobierno por agilizar la ejecución de obras públicas no se reflejará en la realidad si los responsables de supervisar los proyectos siguen creyendo que su papel es obstruir y demorar.
Es claro que el dinamismo no puede implicar descuidar los mecanismos de control y de programación de proyectos. Además, es necesario que se fortalezcan las capacidades de los tres niveles de gobierno, sobre todo regionales y locales, donde se dan los mayores desconocimientos.
En ese sentido, el MEF tiene que asegurarse de poner al día a sus funcionarios y hacerles entender que Invierte.pe no es el heredero del SNIP, sino un sistema completamente nuevo. La misma recomendación es válida para regiones y municipios. De lo contrario, la rémora seguirá viva.