PBI E INFLACIÓN. Fernando Zavala ha prometido cambios en el MEF. Entre los primeros y más urgentes, debería estar evitar la difusión de proyecciones cada semana, más aún si estas son cambiantes. Lo mejor sería basar sus estimaciones en el llamado “escenario realista”, como lo hace, por ejemplo, el BCR.
La última ocasión en que el MEF apostó por pintar la situación color de rosa fue una nota de prensa que resaltaba que algunos indicadores adelantados de mayo mostraban el inicio de la “aceleración” de la economía. Según el informe de avance coyuntural del INEI, lo que muestran las cifras del quinto mes del año es un comportamiento bastante similar al de meses previos: caídas en agricultura, consumo interno de cemento y minería, así como enfriamiento en el crédito bancario. Además, la morosidad volvió a deteriorarse, siguiendo la tendencia que inició en enero.
Por el lado estatal, en junio la inversión pública del Gobierno nacional y los gobiernos regionales se contrajo nuevamente –comportamiento que se repite desde febrero–. Solo la electricidad se ha recuperado, mientras que la pesca continuó con su ritmo ascendente, lo que podría tener un efecto positivo en la industria primaria. El INEI no incluye en su avance coyuntural datos actualizados para sectores como manufactura, construcción, comercio y otros servicios, pero sí los de exportaciones –tanto las tradicionales como las no tradicionales siguen en alza–, e importaciones, en las que hubo un ligero aumento en el ingreso de bienes de capital y materiales de construcción (1.33%), luego de meses de contracciones.
En cuanto a la inflación, el panorama es menos sombrío. Tanto a nivel nacional como en Lima, los precios al consumidor se redujeron en junio (0.14% y 0.16%, respectivamente), lo que para el caso de la capital ha llevado la inflación anualizada (2.73%) a ubicarse dentro del rango meta del BCR (entre 1% y 3%), mientras que en el resto del país está bastante cerca (3.02%). Esta disminución por tercer mes consecutivo tiene como uno de sus factores a la debilidad de la demanda y todo parece indicar que el próximo mes será igual.
Estos acumulados, que podrían ser considerados por el directorio de la entidad como tranquilizadores –en medio de su consabida prudencia–, serían un factor a favor para contemplar la posibilidad de una nueva reducción de la tasa de interés de referencia. Hay que recordar que el crédito está desacelerado.