CAMBIO CLIMÁTICO. #Jesuisenterrasse es el hashtag que parisinos y turistas están utilizando en Twitter para postear fotos suyas en los cafés y restaurantes de la Ciudad Luz, en clara muestra de que no están dispuestos a doblegarse ante el terror. El resto del mundo también se ha volcado con los franceses, bastó ver a 80,000 hinchas ingleses entonar (o tararear) “La Marsellesa” ayer en Wembley. Estos y muchos otros actos de solidaridad prueban que el terrorismo no podrá traerse abajo un sistema que defiende la vida en libertad.
Es otra la amenaza que el mundo está tardando demasiado en asumir: el cambio climático. Y si no se comienza a tomar acciones inmediatas, los daños sí serán irreversibles. Las potencias mundiales están considerando una acción más coordinada para combatir la amenaza yihadista, porque han empezado a entender que juntas obtendrán mejores resultados.
Es una lástima que el calentamiento global no genere una reacción similar, pese a que el deterioro del medio ambiente por causa de la emisión de gases de efecto invernadero es más que evidente. La cumbre climática COP21 es vista como la última oportunidad para que los países se comprometan a reducir sus emisiones.
Es que ya van dos décadas de estas citas y no se ha logrado frenar el cambio climático, principalmente por la reticencia de los gobiernos a suscribir acuerdos que sean vinculantes y porque la promesa de financiar políticas ambientales en los países pobres sigue sin ser honrada –en la cumbre del 2009 se ofrecieron US$ 100,000 millones anuales–.
La COP20, celebrada el año pasado en Lima, terminó con la elaboración del borrador de una declaración conjunta y con el compromiso de los países a presentar planes de reducción de emisiones hasta el 2030. La gran mayoría ya lo ha hecho, incluyendo Estados Unidos, China, India, Brasil y la Unión Europea, pero no se trata de metas asumidas como obligatorias.
La COP21 arranca en París el 30 de noviembre. Esperemos que el espíritu desafiante de la capital francesa inspire a los líderes mundiales y que esta vez los acuerdos sean mucho más que declaraciones de buenas intenciones.