CAMBIOS. La renuncia del ministro Martín Vizcarra a la cartera de Transportes y Comunicaciones, ante la posibilidad de ser censurado, ha obligado al presidente Pedro Pablo Kuczynski a realizar cambios en el Gabinete. Al igual que los dos veces anteriores, ha preferido realizar enroques que hacer cambios totales. Esta política no necesariamente es la más recomendable, pues de pronto ha llegado el momento de realizar, más que modificaciones obligadas, un remozamiento del equipo y elegir nuevos titulares en más de un despacho ministerial. Sin embargo, Kuczynski, al igual que sus antecesores, se resiste a la idea de realizar cambios si no está contra las cuerdas. ¿Cuánto más puede aguantar el Gabinete si los ministros siguen rotando de cartera en cartera?
Todo esto ocurre en momentos en que se ha agudizado el enfrentamiento entre el Ejecutivo y el Legislativo. Primero, el premier Fernando Zavala pide al Congreso no desnaturalizar sus funciones ni perder la perspectiva. “Una cosa es el control político, otro es el abuso de poder” les dijo; además, les increpó porque “se ha pasado de la discrepancia a la calumnia, de la crítica a la falta de respeto”. La presidenta del Congreso, Luz Salgado, acusó el golpe y salió en defensa de sus fueros afirmando que no se puede acusar al Parlamento de abuso de poder “hacerlo es no entender la democracia”, y por eso exhortó “al señor ministro Zavala a que rectifique sus declaraciones poco democráticas”. Indudablemente, bajo este clima es difícil generar la gobernabilidad que el país requiere.
Lamentablemente, este ruido político ha empezado a generar impactos a nivel económico, justo en momentos en que la misión del FMI al terminar su informe sobre la economía peruana reduce su proyección de crecimiento a 2.7% (3.5% fue su cálculo anterior). Además, a más tardar en agosto, Moody’s habrá terminado de revisar la calificación de riesgo del país y sabremos si la mantiene estable o la pasa a negativa.
Cuando el Gobierno dictó la norma de reconstrucción para el país, fue muy enfático en señalar que se trataba de una reconstrucción con cambios, pues en determinadas circunstancias es indispensable cambiar para que la reconstrucción sea eficaz. El mismo criterio debería aplicar a sí mismo, porque los parches en el Gabinete ya no van a funcionar. Esperar hasta julio para recomponer el Consejo de Ministros podría ser demasiado tarde.
