PRÓXIMOS PASOS. Faltan cinco días para que el Poder Ejecutivo presente ante el Congreso el proyecto de Ley del Presupuesto para el 2018, así como los proyectos de Endeudamiento y de Equilibrio Financiero, que debe ser sustentado por el presidente del Consejo de Ministro y el ministro de Economía, que en esta ocasión será la misma persona. El pleno del Congreso tiene plazo para debatir y aprobar la propuesta hasta el 30 de noviembre.
Esta vez es probable que Fernando Zavala tenga que prodigarse en negociar que su iniciativa no sea perforada por las diversas demandas que presentarán las bancadas.
Simultáneamente al debate presupuestal, también será clave que las doce iniciativas anunciadas por el titular del MEF para reactivar la economía sean puestas a debate por los congresistas, pues el visto bueno de ellas puede significar una inyección en la confianza de los agentes económicos que por ahora está muy alicaída.
Las perspectivas para el último trimestre del año apuntan a un crecimiento que puede resultar muy importante para el inicio del siguiente si es que logra romper la inercia de los primeros meses de los sectores no primarios. Solo así se vislumbrará un mejor 2018. La decisión de la agencia Moody’s de mantener la calificación crediticia del Perú en A3 (grado de inversión) con perspectiva estable también ayudará a que los inversionistas miren con expectativa al país, sobre todo cuando el Perú es el único en la región que ha logrado mantener su calificación en la evaluación de las tres principales calificadoras de riesgo.
Pero estas señales no servirán de mucho si el Ejecutivo no logra aprovecharlas y recuperar el ritmo de crecimiento de la inversión pública, principalmente en los proyectos vinculados a la reconstrucción en el norte.
Asimismo, además de la aprobación de las normas necesarias y del impulso a la inversión pública, la inversión privada requiere de menor ruido político y esa es una tarea que compete tanto al Ejecutivo como a la oposición.
El Gobierno debe tener un plan para enfrentar las próximas demandas sociales que se van a presentar y no esperar hasta la hora nona como ha sucedido en la huelga de profesores.
En la oposición, además de las críticas —varias de ellas valederas, también se requieren propuestas, salvo que piensen esperar para proponer soluciones hasta las elecciones del 2021.
Una lección reiterada de los hechos que vivimos estos días es que, le guste o no al presidente de la República, es necesario hacer política.