ECONOMÍA Y RECONSTRUCCIÓN. El BCR le puso números al impacto económico que tendrán la crisis climática y el retraso de los megaproyectos de inversión: el último Reporte de Inflación de la entidad proyecta una expansión de 3.5% del PBI, frente al 4.3% que calculó en diciembre. Pero para alcanzar la tasa revisada habrá que trabajar en muchos frentes, con el objetivo de generar confianza en consumidores y empresas, y mantenerla.
Agricultura, pesca y comercio figuran entre los sectores que crecerán menos de lo proyectado hace tres meses por causa de El Niño costero, fenómeno que también reducirá la magnitud de la esperada recuperación en manufactura y construcción. Para evitar que esas cifras vuelvan a ser revisadas a la baja, la política monetaria tendrá que estar sincronizada con la fiscal, de modo que sería conveniente una reducción de la tasa de interés del BCR, a fin de dinamizar los créditos a las pymes y de consumo.
En cuanto a la inversión pública, el reporte proyecta un incremento de 11% (luego de tres años a la baja), por la combinación del plan de estímulo y la reconstrucción, aunque habrá que asegurarse que esos recursos sean gastados con eficiencia. En este punto, el Gobierno nacional necesita pasar rápidamente de la reacción ante la crisis –que ha sido adecuada– a la acción. Ahora que ya se descartó el nombramiento de un “zar”, lo siguiente es iniciar el recuento de los daños.
No es necesario esperar a que las lluvias terminen para determinar qué quedó (o quedará) destruido o inutilizable. Mientras más pronto se inicie el diagnóstico, más pronto se sabrá cuánto se gastará y cuándo comenzarán los trabajos. Además, ya se puede comenzar con la remoción de escombros y la reformulación de la zonificación en zonas de riesgo –por cierto, ya se están invadiendo y “lotizando” terrenos en algunas áreas inundadas–.
Considerando las circunstancias, pocos se alarmarán si el MEF anuncia un aumento del déficit fiscal. De hecho, el BCR ya ajustó su proyección a 2.8% del PBI, tasa que no comprometerá la sostenibilidad fiscal. Lo que sí preocupará será que las definiciones y toma de decisiones se ahoguen en la burocracia y la inoperancia, sobre todo de los gobiernos regionales y locales, y que las descoordinaciones comunicacionales que siguen mostrando el presidente Kuczynski y sus ministros debiliten las expectativas.