Cifras. La información oficial ratifica que será muy poco probable que este año la inflación, medida por el IPC Lima, regrese al rango meta (entre 1% y 3%) que el BCR establece como objetivo de su política monetaria. A noviembre de este año, dicho indicador registró una variación acumulada de 3.93%, en tanto que la anualizada se ubica en 4.17%, la tasa más alta en 44 meses. El índice a nivel nacional también excede la meta (el acumulado fue de 3.72% y el anualizado de 3.86%).
El repunte de la inflación a noviembre se da debido al incremento del pollo eviscerado; al alza del precio de la papa, afectados por los cambios climáticos, y la subida del valor de algunas medicinas importadas e insumos a consecuencia del aumento en el tipo de cambio, que también influyó en algunos precios, como los de maquinaria y equipos, y materiales de construcción, indicadores de los cuales solo se tiene información para Lima metropolitana.
Hacia adelante, es probable que la intensidad de El Niño se agudice (sin llegar a extraordinario, como se pronosticaba) y que el dólar siga con su tendencia al alza, por lo que es difícil que en el verano del próximo año la inflación vuelva al rango meta.
Si bien en esta situación lo recomendable sería que el BCR aumente su tasa de interés para controlar las presiones inflacionarias, el problema radica en que no salimos de un proceso de desaceleración económica que requiere políticas monetarias y fiscales algo expansivas, por lo que el margen de acción que le queda al BCR se reduce.
Y en cuanto al crecimiento, le queda muy poco tiempo a este Gobierno para tomar decisiones que impulsen la economía. Hoy le toca esperar que el leve incremento en el consumo de cemento implique la tan esperada recuperación del sector construcción y que el crecimiento de sectores como pesca y minería ayude al resultado final.