CORRUPCIÓN. Durante cuatro años la delincuencia ha sido la principal preocupación de la ciudadanía, una problemática de la que la mayoría es víctima y no victimario, y cuya solución está más en manos del Estado que de la población.
Sin embargo, según la última información de la encuesta de hogares (Enaho) del INEI, la corrupción se ha convertido en el principal problema que afecta al país. Así lo señala el 48.1% de los mayores de 18 años. Es verdad que este resultado puede estar influenciado por las denuncias generadas desde finales del año pasado y que muestran que este problema alcanza a todos los niveles de gobierno y en todos los sectores de la sociedad.
Según el ranking del INEI, el segundo problema es la delincuencia (44.5%), seguida por la pobreza (19.8%), la falta de seguridad ciudadana (19.1%), falta de empleo (13.4%) y mala calidad de la educación estatal (12.2%).
Pero a diferencia de la delincuencia, la corrupción es una problemática que en mayor o menor medida involucra a todo el país. Un antecedente al informe del INEI es la última encuesta de Pulso Perú sobre corrupción que daba cuenta de que el 80% consideraba que lo peruanos son muy tolerantes o bastante tolerantes a la corrupción. Y si bien ahora cuando se habla de corrupción se piensa en casos como Odebrecht, o en lo que sucede en entidades como el Poder Judicial, el Congreso, los partidos políticos, la Policía o todos los niveles de gobierno, la verdad es que la corrupción no solo es aquella que involucra grandes cantidades de dinero. Pagar a un policía para evitar una multa también es corrupción.
Si bien la lucha contra la delincuencia es difícil, al parecer la lucha contra la corrupción será aún más complicada. Mientras en la primera se ven pocas acciones que aún no dan los resultados esperados, en el caso de la segunda, la sensación es que no se están haciendo los esfuerzos necesarios para lograr sanciones. Penalizar solo a la empresa que se declaró culpable dejará la idea de que siempre será mejor no declarar.
Si bien la corrupción involucra a todos, en primer lugar, será el Estado el que deba dar señales claras de que trabaja para evitar la impunidad, aunque los empresarios, y la sociedad civil deben hacer esfuerzos para combatir esta práctica tan perjudicial para el país.