DESACELERACIÓN. Si no hubiese sido por el aporte del sector minería e hidrocarburos, el PBI de octubre no habría crecido 2.12% sino apenas 0.19%. El empuje que esta actividad –en particular la producción minera metálica– le está dando a la economía peruana comenzó con fuerza en junio del 2015 y este año alcanzó picos sin precedentes. El efecto estadístico hará que en los próximos meses la variación del PBI minero ya no sea tan espectacular, y si el resto de sectores continúa como hasta ahora, desacelerado o en recesión, quizás haya que prepararse para tasas de crecimiento del PBI muy modestas.
Octubre fue el tercer mes de la gestión del presidente Kuczynski y si bien en ese entonces su principal preocupación en materia económica era “poner la casa en orden”, el resultado del PBI del mes morado debe encender varias señales de alerta dentro del equipo que lidera Alfredo Thorne.
En primer lugar, es alarmante el desplome que sufrió la construcción (cayó 16.5%), el más fuerte desde octubre del 2004. El INEI da cuenta que el sector privado ha ralentizado o detenido muchas edificaciones habitacionales y comerciales, pero la mayor caída correspondió a la inversión pública y en los tres ámbitos de Gobierno: nacional, regional y local (-28%, -40% y -33%, respectivamente). Al parecer, el esfuerzo por reducir el gasto para que el déficit fiscal no se dispare está generando considerables daños colaterales.
Con respecto a la manufactura, luego de dos trimestres en recesión, tuvo un buen tercer trimestre, impulsada por la elaboración de harina de pescado, pero en octubre este rubro no fue suficiente para evitar un nuevo retroceso. Lo que preocupa es que no solo cayó la producción de cemento y otros insumos para la construcción, sino también la de bienes de consumo masivo como lácteos, jabones y detergentes.
Esto nos lleva al tercer sector con mayores problemas: comercio, que en octubre con las justas creció 0.73% (la tasa más baja desde setiembre del 2009), con lo que estaría acentuando su enfriamiento.
¿Saldremos pronto de este embrollo? El Gobierno tendrá que aplicar sin demora los cambios que ha hecho en el sistema de inversión pública –para agilizarlo y elevar su eficiencia–, y ser más agresivo en su promoción de la inversión privada.