CLASE MEDIA. Las noticias positivas han brillado por su ausencia en los últimos meses y quizás por ello el informe del BID sobre el crecimiento de la clase media peruana ha sido tan bien visto.
Sin embargo, más que entusiasmo, los resultados de dicho informe deben ser materia de un adecuado análisis. El estudio muestra que, al igual que nuestra economía, el crecimiento de la clase media también se ha desacelerado y aumentó apenas un punto porcentual con respecto al año pasado, mientras que la reducción de la clase vulnerable y la que se encuentra en pobreza ha sido de menos de un punto.
Según el BID, 15.5 millones de peruanos forman parte de la clase media, pero un importante detalle: solo se toma en cuenta el criterio económico. Así, para formar parte de este grupo, la persona debe tener ingresos mensuales de entre S/. 960 y S/. 4,800.
El siguiente grupo es de la población vulnerable y que corre el riesgo de caer en pobreza; se trata de aquellos que ganan entre S/. 384 y S/.960 mensuales que aún representan el 33.6% de la población.
Frente a esta realidad, es fundamental redoblar los esfuerzos para cumplir con las metas de crecimiento del PBI.
Si bien existen críticas a la medición que realiza el INEI, pues debería ser una evaluación trimestral, la verdad es que el crecimiento del PBI sigue siendo el indicador líder del cual tirios y troyanos están pendientes para evaluar la economía.
La fijación con el “numerito” no es gratuita. Se debe a que un punto menos de crecimiento del PBI significa que se dejarán de crear 140,000 empleos formales y que alrededor de 320,000 peruanos no saldrán de la pobreza, según ha explicado en su oportunidad el economista Hugo Santa María.
Lograr disminuir el nivel de peruanos pobres y en situación vulnerable no solo tiene efectos económicos. Una mayor capacidad de gasto ayuda a reactivar la economía. También tiene impacto a nivel político: las preferencias electorales varían mucho si uno puede satisfacer sus necesidades básicas o si debe estar preocupado por tener que comer al día siguiente.
Por eso, crecer a tasas de 5% o más tiene efectos en la sociedad muy diferentes a crecer apenas 2%. Estamos seguros de que el MEF sabe esto perfectamente, pero, al parecer, el presidente Humala no está suficientemente convencido.