EMPLEO. La situación macroeconómica del país está vinculada a muchos aspectos de desarrollo, y el mercado laboral no es la excepción. No en vano, la desaceleración ha generado que la creación de nuevos empleos en el 2015 crezca a un ritmo menor al que mostraba en años anteriores. Pero no solo se trata de menores empleos creados, sino que el mayor crecimiento se está dando en el rubro de subempleo (personas que laborando más de 35 horas semanales ganan menos de S/. 903 al mes).

Lo paradójico de las últimas cifras mostradas por el INEI es que son las personas con menor nivel de preparación quienes han conseguido más trabajo en los últimos meses. Es decir, el desempleo de los profesionales universitarios saltó 19% en los últimos tres meses (92,500 personas). Con ello, ahora el 7.2% de todos los profesionales en la capital está en situación de desempleo.

Estas cifras no hacen la distinción entre empleos formales, entendidos como aquellos que cumplen todas las normas laborales y empleos informales, y la verdad es que cuando una persona busca trabajo, si bien lo ideal es tener todos sus derechos laborales, lo más importante es conseguir un ingreso, más en una situación de desaceleración complicada como la que se vive.

Por ello, es de vital importancia recordar que urge plantear una reforma laboral seria en el país que permita fijar pisos mínimos para los derechos laborales, con una férrea fiscalización por parte del Estado y una mayor flexibilidad que fomente la formalización laboral y la contratación en las empresas.

Solo el crecimiento económico genera empleo y la flexiseguridad puede ser el mejor camino para que la regulación esté acorde con la realidad del país. Además, la informalidad es uno de los mayores problemas en el Perú, y si bien lo laboral no es la única arista del mismo, sí forma parte importante.

Los candidatos al Gobierno deben presentar propuestas claras sobre este tema para ver si realmente están interesados en crear empleos adecuados. Lamentablemente, hasta el momento actúan con miedo y guiados por la conveniencia política y por ello evitan plantear cualquier propuesta de reforma laboral. De seguir así, no iremos por un buen camino.