BILLETERA ELECTRÓNICA. Con algo de retraso –su alumbramiento estaba originalmente previsto para mediados del año pasado– la billetera móvil ya está disponible y ahora solo bastará con tener un teléfono celular para realizar transacciones que antes requerían transportar dinero en efectivo. La simpleza de su funcionamiento será una pieza clave para su masificación, considerando que uno de sus objetivos es la inclusión financiera, en especial en el ámbito rural, donde la penetración de los servicios bancarios es muy limitada.
Es por ello que la labor de difusión del esquema –que opera bajo la marca Bim– tiene que incluir más canales de comunicación que Internet u otros medios que son de fácil acceso para la población urbana. El otro público objetivo, los jóvenes, quizás tenga menos problemas para familiarizarse rápidamente con Bim y es muy probable que lo convierta en parte esencial de su vida cotidiana –junto con tomarse selfies y tuitear–. Claro que solo podrán ser titulares de una “cuenta virtual” los mayores de 18 años.
Por ahora, solo pueden realizarse cuatro operaciones: cargar dinero, enviar o recibir transferencias, recargar el celular y realizar pagos a un centro de estudios (Tecsup). Para el segundo semestre se prevé agregar otras funciones, como pagos de servicios y a proveedores, y hasta recargar las tarjetas del Metro y el Metropolitano. También se espera terminar el año con 240,000 afiliados (hoy son 70,000), y que más intermediarios financieros se sumen a los nueve que ya forman parte del esquema, lo mismo que la única operadora de telefonía móvil que aún no dispone de la tecnología para ofrecérsela a sus usuarios.
Un inconveniente de Bim es que solo permite transacciones en soles, en tanto que los límites mensuales, como, por ejemplo, el techo de S/ 4,000 para el total de operaciones, quizás tengan que revisarse cuando se agreguen nuevas funciones. También habrá que poner mucha atención a la seguridad. Si bien el riesgo de asaltos se ha reducido, pues las transacciones solo pueden hacerse entre afiliados al esquema, no se puede soslayar la amenaza de la cada vez más sofisticada piratería virtual.