SEGUNDO AÑO DE PPK. Fue una de las pocas veces en que en un mensaje por Fiestas Patrias y ante el Congreso (con mayoría opositora), un presidente de la República se disculpó por no haber hecho bien su trabajo. También fue la primera vez que se rindió homenaje a quienes ayudaron en una emergencia provocada por un desastre natural, así como a las víctimas. Y no se recuerda que antes se haya dado la bienvenida a personas que escapaban de algún peligro vital –fuera o dentro del país–, como ahora se hizo con los miles de venezolanos que han llegado al Perú obligados por las circunstancias.

El discurso del presidente Pedro Pablo Kuczynski tuvo un tono esperanzador, pero no lo suficiente como para reanimar el alicaído ánimo de la población. En líneas generales, planteó algunas medidas y nuevas promesas. Pero los mayores inconvenientes persisten: la falta de una estrategia clara y que sus principales colaboradores, los ministros, son los mismos que en el primer año de su mandato –salvo los cambios forzados– no hicieron lo suficiente.

Sin un verdadero propósito de enmienda de su Gabinete, y de él mismo, el mea culpa presidencial terminará convirtiéndose en un saludo a la bandera. Más allá del Gobierno, PPK tendrá que mejorar su porte de estadista, tanto en el ámbito de las iniciativas como de la firmeza para enfrentar problemas graves como los conflictos sociales y los reclamos salariales. Por ejemplo, no debe ceder a las demandas de sindicatos como el Sute-Conare, de clara vinculación con el Movadef.

Otro tema que merecerá mayor atención será la lucha contra la corrupción, pues en el mensaje PPK no planteó claramente qué hará en adelante. Sobre este tema, todo indica que la permanencia de la ministra de Justicia está supeditada a que se encuentre un reemplazo idóneo, mientras que la designación de la ministra de Desarrollo e Inclusión Social parece ser un intento de blindaje frente a su actuación en el caso Chinchero.

Para cumplir los objetivos de su mensaje PPK necesita contar, lo más pronto posible, con operadores políticos. Ya entregó al Parlamento cinco proyectos de ley orientados a afinar reformas, pero sin alguien que impulse y negocie su debate y aprobación, corren el riesgo de engrosar la lista de iniciativas legislativas del Ejecutivo que se apolillan en los estantes. El primer año de PPK mereció la publicación de una Memoria de 408 páginas. Quizá su segundo año de gobierno puede ser una publicación más voluminosa y, sobre todo, con mejores cifras.