PERCEPCIONES. En junio, el Índice de Confianza del Consumidor de Apoyo Consultoría para Lima Metropolitana se ubicó en 54 puntos, con lo cual se mantuvo en niveles similares a los de los últimos dos meses (e igual a junio del 2015). De este modo, los consumidores siguen optimistas, y se atribuye esta sensación a la menor inflación –que en el segundo trimestre registró tasas relativamente bajas– y a la expectativa de mejora económica que tienen los hogares para dentro de doce meses.
Asimismo, las familias limeñas están más esperanzadas en el futuro de la economía, una posición que sería el reflejo del resultado de la segunda vuelta, pues Pedro Pablo Kuczynski triunfó en la capital. No ocurre lo mismo con quienes votaron por Keiko Fujimori: otro sondeo, esta vez de la consultora GfK, desagrega el resultado de su Índice de Confianza del Consumidor entre los electores de uno y otra (120 y 96 puntos, respectivamente), lo que además resulta en un mayor optimismo en Lima que en el interior del país (113 y 107 puntos, respectivamente).
GfK concluye que existe una relación entre los resultados electorales y las expectativas económicas de los peruanos. Por ello, recomienda que el nuevo presidente tome en cuenta que los ciudadanos que no votaron por él son menos optimistas con el futuro de su economía que los que lo apoyaron. En este análisis faltaría incluir qué opinan quienes votaron en blanco o nulo, así como quienes no acudieron a las urnas, pues representan un porcentaje representativo de la población electoral.
Para Apoyo Consultoría la mejora en la facilidad para encontrar empleo que sienten las familias de Lima no responde a un aumento de la oferta laboral formal. De hecho, hasta mayo, las expectativas de contratación de personal de las empresas que encuesta el BCR todavía se encontraban en el tramo pesimista, aunque por encima de lo registrado en diciembre.
Si bien la data de ambas encuestas muestra que Lima está manteniendo su optimismo o incluso incrementándolo, lo cierto es que este optimismo no es parejo. Por otro lado, la capital no es el Perú y estos resultados deberían ser tomados con pinzas por el Gobierno recién elegido, pues la realidad al interior del país es muy diferente y necesita de un intenso trabajo para que la percepción positiva se contagie al resto de peruanos.