FLUJO DE CAPITALES. En editoriales pasados habíamos advertido sobre el efecto que tendría el ‘ tapering ’ en nuestro país. En aquella ocasión dijimos (Gestión 20.09.2013) que “conforme los instrumentos financieros se vuelvan más atractivos en Estados Unidos y el valor del dólar aumente respecto al sol existirá una tendencia a la salida de capitales del país”.
Y eso es justamente lo que ha pasado desde que comenzó este año. El viernes publicamos en Gestión que al menos US$ 800 millones salieron del país en los últimos dos meses. Esto gracias al ya conocido recorte del estímulo monetario estadounidense sumado a que las noticias de las últimas semanas se centraron en la inestabilidad de un puñado de economías emergentes que terminó por ahuyentar a algunos inversionistas de corto plazo de nuestro país.
¿Debería preocuparnos? La respuesta es no; por lo menos no en el corto plazo. Por “suerte” (léase, por un buen manejo de la economía), el Perú ha acumulado Reservas Internacionales Netas en los últimos años por más de un tercio de su PBI, lo que le permitirá atenuar los efectos de las variaciones del tipo de cambio y de la salida de capitales de corto plazo. Además, como el ajuste del estímulo está sujeto al comportamiento de la economía, conforme EE.UU. (y Europa) se recupere, el Perú recuperará el dinamismo de sus exportaciones, reduciendo así también el déficit de cuenta corriente que opera.
Tanto así que para el economista jefe del equipo de investigación para América Latina de JP Morgan, Luis Oganes, el Perú tiene un crecimiento asegurado por encima del 5% en los próximos cuatro años. Esto se debe a que existen proyectos en marcha que ya tienen comprometidos el capital y que les falta una buena parte por ejecutar. Es decir, los capitales de largo plazo están asegurados por un tiempo.
La pregunta que cabe entonces es: ¿Y después qué?
Para que el Perú mantenga sus tasas de crecimiento es necesario que comience a asegurar megaproyectos (mineros, energéticos o de infraestructura) en el mediano y largo plazo que puedan servir como “piso” al crecimiento. Y para que estos proyectos comiencen a ejecutarse en cuatro años, la verdad es que estamos un poco retrasados. Es urgente, pues, que el gobierno de Ollanta Humala se ponga a trabajar en esto. Recordemos que, hasta la fecha, nuestro presidente no ha podido impulsar ninguno de estos proyectos.