TENDENCIA PELIGROSA. El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) tiene la responsabilidad de “producir y difundir información estadística oficial que el país necesita con calidad, oportunidad y cobertura requerida”.
Al menos eso es lo que figura en su sitio en Internet, pero la realidad es algo distinta y la difusión de los datos que recopila y procesa se está acercando, peligrosamente, a la restricción.
El ejemplo más saltante es el Avance Coyuntural de la Actividad Económica, una publicación mensual cuya principal utilidad es brindar una vista previa al resultado final del PBI del mes en cuestión –es decir, sirve para calmar los nervios o para alterarlos más, como ha estado ocurriendo últimamente–.
Son catorce páginas que deben ser de lectura obligatoria para todo aquel que desee estar al día (o casi) con los datos oficiales.
El problema es que hoy no estamos tan actualizados como antaño, cuando el documento se llamaba Informe Económico Coyuntural y luego Informe Económico Mensual.
Entendemos la vieja e insana costumbre de cambiar nombres cada vez que llega un nuevo jefe, pero lo incomprensible es la reducción que ha sufrido su contenido. En esa época –fines del siglo pasado–, eran alrededor de 170 páginas con información tan desagregada que seguramente despertaba la envidia de los analistas del propio BCR.
Pero el INEI no es el único que ha optado por esta suerte de resúmenes ejecutivos y tampoco se salva del rezago que muestran muchos de sus datos, como ocurre con su índice temático.
Destacan el Ministerio de la Producción, que “economiza” los hallazgos de su encuesta sobre el sector manufacturero, además que la publica con bastante rezago; el de Desarrollo e Inclusión Social, que no divulga series históricas de los programas sociales, y el de Trabajo y Promoción del Empleo, que hace tiempo dejó de publicar sus estudios y análisis del sector.
Este secretismo con que es tratada la estadística oficial debe erradicarse. Si las cifras son negativas, con mayor razón tienen que conocerse al detalle, a fin de que se tomen las medidas adecuadas y, sobre todo, a tiempo.