PULSO PERÚ. Parece que el discurso presidencial del 28 de julio, junto con las medidas del Gobierno para reactivar la economía, gustó al 50% de los peruanos.
La aprobación de Humala en agosto dio un salto de ocho puntos porcentuales hasta llegar al 32%. Esto todavía lo ubica como el penúltimo gobernante en Latinoamérica en términos de popularidad -tan solo por encima de Cristina Kirchner en Argentina-, pero definitivamente es una mejora frente a lo que mostró el mes pasado.
Para los que gustaron del discurso, lo sobresaliente es el incremento del presupuesto en educación, salud y los programas sociales.
Estos componentes explican buena parte del súbito aumento en la popularidad de Humala, ya que desagregando la encuesta por nivel socioeconómico, se puede apreciar que el último salto se debe básicamente a los cambios de percepción de los sectores D y E, los consumidores de servicios públicos y recipientes de la ayuda social.
Si estos resultados reflejan un entusiasmo por la mayor inversión en educación e infraestructura y por las reformas que se vienen persiguiendo en estos sectores, entonces el salto es saludable.
Si, en cambio, esta es una respuesta inmediata a los anuncios de mayor gasto social y del incremento de programas asistencialistas, como se teme, tenemos los efectos del populismo en su estado más puro. Probablemente, la verdadera razón sea una combinación de ambos.
Por eso mismo, por ejemplo, a pesar de alegrarnos por el incremento del presupuesto en educación, creemos que se deben establecer metas claras que sustenten su mayor gasto.
Y de la misma forma, se debe establecer una estrategia para la desafiliación de los ciudadanos, que van superando su vulnerabilidad, para que no se vuelvan dependientes de los programas asistencialistas.
En cuanto a la economía, resulta curioso que aunque cada vez un mayor número de personas esté de acuerdo con que la economía se esté desacelerando (68%) y sienta que es más difícil encontrar trabajo (67%), igual el 50% invertiría dinero, tras las últimas medidas adoptadas. Parece que estamos en un buen punto para comenzar a recuperar la confianza.