PAQUETE LABORAL. Como parte del paquete de medidas para impulsar la economía, la semana pasada el Ejecutivo envió al Congreso un proyecto de ley con una serie de propuestas para flexibilizar la Ley de Seguridad y Salud en el Trabajo. Una de ellas es reducir las multas laborales al 35% durante los tres primeros años de aprobada la norma y priorizar la orientación y corrección de las faltas por encima de las sanciones durante este periodo.

En editoriales anteriores, nosotros ya felicitamos la iniciativa del Gobierno y su capacidad de reacción ante el enfriamiento de la economía. Y no solo nosotros. La agencia de riesgo Moody’s también resaltó el paquete de medidas propuesto por el Ejecutivo como una nota positiva en el informe que aumenta la calificación soberana del Perú en dos escalones.

Sin embargo, hay algo que no nos queda del todo claro en el razonamiento del Gobierno. Si el Gobierno entiende perfectamente que flexibilizando nuestra legislación laboral se puede impulsar la economía y la formalización (tal como lo entendemos nosotros y lo entiende Moody’s), ¿por qué solo hacerlo de forma temporal, por un plazo de tres años, y no permanentemente?

No es que nuestro régimen laboral ya sea demasiado laxo, a todo esto. Por el contrario, el Perú tiene uno de los regímenes laborales más rígidos de América Latina y con algunas de las multas más altas. No por nada el Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial considera que la regulación laboral es uno de los factores más problemáticos para hacer negocios en el Perú.

Por otro lado, el hecho de que las fiscalizaciones prioricen la orientación y la subsanación de las empresas tampoco debe ser un enfoque extraordinario. Si las empresas pueden subsanar las infracciones que cometieron rápidamente, la multa debería anularse o reducirse en buena parte. A fin de cuentas, el objetivo de la ley es garantizar la seguridad en el ambiente de trabajo y los derechos de los trabajadores, y no convertirse en una fuente de ingresos para el Estado. De todos modos, muchos más ingresos vendrán, finalmente, de una economía más dinámica con más empresas formales.