¿CORRUPCIÓN? Las campañas electorales de Ollanta Humala -en particular la del 2011- estuvieron basadas, entre otras cosas, en la promesa de una lucha firme contra la corrupción. Sin embargo, desde que Humala llegó al poder han salido a la luz una serie de casos que, de alguna manera u otra, implican al Gobierno y que han terminado por desgastar rápidamente ese capital político del oficialismo, si es que alguna vez lo tuvo.
En la encuesta pasada de Pulso Perú, 92% de peruanos consideró que el actual nivel de corrupción en el país es muy alto e, incluso, el 76% consideró que la corrupción aumentó en los dos últimos años de gobierno. Pero quizá lo más chocante para el entorno de Humala es que su gobierno haya sido calificado como el segundo más corrupto en la historia reciente, solo por detrás del de Alberto Fujimori y empatado con el primer periodo de Alan García.
La encuesta de noviembre de Pulso Perú muestra las repercusiones de tan peligrosa tendencia. 46% de peruanos cree que la minería ilegal financió la campaña presidencial del nacionalismo (vs. 24% que opina lo contrario); 34% cree que Óscar López Meneses, investigado por el irregular resguardo que recibía en su domicilio, tiene un audio que demostraría que Humala ayudó a Montesinos a escapar del país (en comparación con el 33% que cree que es mentira) y 45% opina que el Gobierno no tiene intención de capturar al prófugo Rodolfo Orellana (24% sí cree en los esfuerzos del Gobierno) por los secretos que le conoce a la pareja presidencial.
A estos casos, además, habría que sumar el de Martín Belaunde Lossio, amigo de la pareja presidencial y ex asesor de las campañas electorales de Humala, quien se encuentra prófugo por haber sido relacionado con la red de corrupción de Orellana.
En palabras simples y llanas, la mayoría de peruanos no confía en su gobierno. Y esto es sumamente peligroso para la gobernabilidad del país.
En Chiclayo, a modo de ejemplo, la falta de confianza de los ciudadanos en las autoridades municipales tras los escándalos de corrupción descubiertos ha ocasionado que la recaudación tributaria caiga en 80% de un mes a otro. Para que el país no corra un destino similar se deben comenzar a resolver todos los casos antes mencionados que, por ahora, parecen estar igualmente estancados.