PROPUESTA. Hace una semana, el Ministerio de la Producción (Produce) puso a discusión del público el Plan Nacional de Diversificación Productiva. Entre los puntos a destacar figura el despliegue comunicacional, pocas veces visto en este gobierno y en los anteriores, incluyendo piezas en redes sociales.
Un punto a favor es la velocidad con que el ministro Piero Ghezzi se ha puesto a trabajar, pues ya se reunió con los directivos de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) y pronto lo hará con el resto de gremios empresariales. Lo pendiente es que contagie su entusiasmo a los usualmente adormecidos funcionarios de ministerios, organismos reguladores y gobiernos regionales y municipales –con quienes tendrá que coordinar el plan–, a fin de evitar que pongan en salmuera una propuesta que, además de interesante, es ambiciosa.
Aparte del análisis realizado, es positivo que el plan esté basado en tres ejes centrales: diversificación productiva, reducción de sobrecostos y regulaciones, y expansión de la productividad. Consideramos que el segundo eje demandará un enorme compromiso de las entidades gubernamentales, ya que el avance en ese sentido ha sido lento –según opinan los propios empresarios–.
Los otros dos ejes exigirán un trabajo al detalle de los ministerios orientados a la generación de riqueza como el MEF, Mincetur, MEM, Minagri y Produce, aunque no podrá dejarse de lado al Ministerio de Educación, que debe concentrarse en la formación de capital humano idóneo para el tipo de aparato productivo que el plan busca impulsar.
Un aspecto que nos preocupa es la creación de nuevas oficinas técnicas y coordinadoras; pues ya existen demasiadas y no están cumpliendo los objetivos para los cuales fueron creadas. Por ello, es necesario que el plan, luego del debate iniciado, sea puesto en marcha y no se convierta en uno más de los muchos que quedaron encarpetados. Tenemos exceso de normatividad y lo que hace falta son promotores y ejecutores.