PULSO PERÚ. Esta vez, la encuesta de Pulso Perú registró un incremento en la popularidad de todas las autoridades sobre las que se preguntó. Ollanta Humala, en particular, escaló 4 puntos porcentuales hasta llegar a 28% de aprobación, y Nadine Heredia, 6 puntos para alcanzar el 30%. ¿Por qué? Bueno, no hay ningún factor específico que pueda explicar la mayor popularidad; pero este salto homogéneo coincide con que la atención mediática haya estado desviada del Ejecutivo los últimos días por los problemas en Áncash (y en el Ministerio Público) y el fallo sobre la ‘megacomisión’. En otras palabras, las autoridades se han visto favorecidas por su ausencia. Sin embargo, hay que notar también que muchas de las autoridades vuelven a sus niveles “normales” previos a la crisis ministerial que ocasionó la primera dama el mes pasado. Entre ellos, el más notable, el ministro de Economía, Luis Miguel Castilla, quien aumento su aprobación en 7 puntos este mes.
En cuanto a la salud de la economía, los números esta vez coinciden con el optimismo que ha percibido el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Si bien las cifras no son exorbitantes, se puede apreciar una mejora en las expectativas de los peruanos. El 36% -en vez del 30% del mes anterior- cree que su situación económica estará mejor dentro de un año y el 37% -contra el 31%- piensa que el próximo año habrá mayor inversión privada.
Pero en temas políticos, la encuesta prueba, una vez más, que la política no despierta mayor interés entre los ciudadanos. Por ejemplo, tan solo el 30% está enterado de que el presidente de la PCM está siendo investigado por un caso de conflicto de interés. Pero eso importa poco, pues solo el 14% de la población puede identificar correctamente quién es el presidente del Consejo de Ministros.
Ante esta situación, es importante absorber lo que dijo la revista británica, The Economist, la semana pasada: “Si la política no responde a los intereses de la mayoría en el largo plazo, termina por mermar el crecimiento económico”. Si no queremos que esto suceda, debemos enfrentar la política activamente en vez de darle la espalda.