DEBATE. Desde hace una semana, las AFP han vuelto a estar en el ojo de la tormenta, cuando un reportaje exhibió que la gran mayoría de jubilados fallece sin recibir su pensión completa y que el remanente de este fondo se distribuye de cierta forma que permite a las AFP conservar el dinero del aportante por mucho más tiempo hasta después de fallecido. Pero eso no es cierto.
Como nosotros hemos informado en ediciones anteriores, cuando un jubilado elige una opción de retiro programado este recibe su pensión en el tiempo acordado con la AFP. En caso de que fallezca antes de este periodo, se aplican las leyes de herencia. Si elige la opción de renta vitalicia, en cambio, estaría vendiendo su fondo de pensiones a una aseguradora a cambio de recibir un monto fijo por el tiempo que permanezca en vida, sea cual fuere. El fondo, sin embargo, ya no le pertenece.
Pero esta discusión también trajo consigo temas mucho más fundamentales sobre el funcionamiento de las AFP. Temas que seguramente resonarán en agosto de este año, cuando rija la obligatoriedad de los aportes en los trabajadores independientes y que convienen tocar con anticipación. A fin de cuentas, pues, los argumentos a favor de que los trabajadores independientes tengan la libertad de elegir qué hacer con sus ingresos se aplican exactamente de la misma manera para los trabajadores dependientes. Después de todo, no a todos les parece “correcto” verse obligados a dejar de percibir una parte de sus ingresos –no importa qué tan urgente sea esta- para que sea manejada por una entidad financiera con opciones de inversión sumamente limitadas y devuelto recién a partir de los 65 años.
Con esta premisa en duda, hay varias propuestas que han salido a la luz en estos últimos días. Desde abolir la obligatoriedad definitivamente para que las personas elijan libremente en quién confiar (banco, AFP) y cómo ahorrar (fondo mutuo, renta fija, cuenta de ahorros) para su vejez, hasta propuestas como la presentada por el congresista oficialista Jaime Delgado, que permitiría retirar una porción importante del fondo en el momento de la jubilación. En fin, consideramos que es importante plantear el debate, la reforma aprobada el año pasado no fue suficiente.