EL DILEMA DE LOS GENÉRICOS De acuerdo a la Ley General de Salud, vigente desde 1997, los médicos tienen la obligación de prescribir medicinas junto con su Denominación Común Internacional (DCI); en otras palabras, deben especificar el medicamento genérico a los pacientes cuando se les recete uno de marca. Sin embargo, la bancada de Gana Perú ha ido más allá y ha presentado un proyecto de ley mediante el cual propone “inhabilitar temporal o permanentemente” a los doctores que omitan información acerca de los medicamentos genéricos o el “cierre temporal o clausura del establecimiento” que no tenga disponibilidad suficiente de este tipo de medicamentos. El primer problema de este proyecto es que, si bien reconoce una de las fallas en la ley, no se ocupa de corregirla. Muchos de los doctores no cumplen con recetar la versión genérica de los medicamentos simplemente porque en la práctica nada los obliga. Si la fiscalización es prácticamente nula en este caso, entonces, elevar la sanción –claramente- tendrá un efecto igual de nulo.
Por otra parte, obligar a un establecimiento comercial a ofrecer un determinado producto viola una de las reglas más básicas del mercado. En teoría, está en el mayor interés de las farmacias -como en cualquier otro negocio con libre competencia- ofrecer los productos que los consumidores demanden. De lo contrario, corren el riesgo de perder clientes, y con ello, ingresos. El problema está en cómo demandar algo que no se conoce.
Acá, el Ministerio de Salud tiene la tarea pendiente de difundir información acerca de los medicamentos genéricos para promover su consumo. Podría, por ejemplo, elaborar una tabla con todos los medicamentos de marca (y sus precios) y las alternativas genéricas al lado de cada producto (con su respectivo precio de referencia también). Por último, no debemos olvidar que si el Estado se va a encargar de promover los medicamentos genéricos entonces también le corresponde garantizar su calidad mediante estándares más rigurosos que los que se tienen hoy. A fin de cuentas, una de las razones principales por la que muchos doctores se oponen a recetar genéricos a sus pacientes es porque no se quieren responsabilizar por la calidad de estos.