COMPETITIVIDAD EN EL COMERCIO. La semana pasada supimos que Perú mejoró dos posiciones en la última edición del ranking de Facilitación del Comercio, elaborado por el Foro Económico Mundial. Sin embargo, esta imperceptible mejora no debe, de ninguna manera, darnos por satisfechos. Todavía tenemos demasiado por hacer en este país. Por ejemplo, en la categoría de infraestructura, ocupamos el puesto 91 de 138 países, y en la disponibilidad y calidad de esta retrocedimos 8 puestos en comparación al reporte de hace dos años para ubicarnos en la posición 101.
De acuerdo al Banco Central, se registró un déficit comercial de US$ 620 millones en el primer bimestre del año, periodo en el cual las exportaciones cayeron 10.3%.
Estas cifras no son nuevas. Ya el año pasado registramos un déficit comercial de US$ 365 millones; sin embargo, se esperaba que la brecha se invierta este año en vez de que se incremente.
Ambas noticias están intrínsecamente relacionadas. El déficit de infraestructura que sufrimos es uno de los cuellos de botella más importantes que aguantan la expansión de nuestro comercio (y el comercio en sí es responsable por gran parte de nuestro crecimiento). Tanto es así, que el Foro Económico Mundial ha calculado que con una reducción de tan solo 1% en los costos de transporte, las exportaciones pueden aumentar hasta en un 5.6% en la agricultura, 4% en la industria y 5.6 % en la minería. La infraestructura, además, como hemos dicho en editoriales anteriores, sirve para conectar al país e impulsar el comercio interno, dinamizando la economía en su conjunto y facilita el acceso a servicios básicos en las zonas más aisladas del país. Es por ello que cerrar esta brecha –calculada en US$ 88 mil millones por AFIN- debe ser un tema prioritario para el país.
Tenemos que ser conscientes que todos los esfuerzos por firmar nuevos TLC, formar Alianzas del Pacífico e impulsar nuestro comercio en el exterior solo pueden aprovecharse al máximo si adentro corregimos nuestras deficiencias. Cualquier paquete del Gobierno para impulsar las exportaciones debe tener como primer punto, por lo tanto, la necesidad de mejorar nuestra infraestructura.