IMPUESTOS. Hace un año el Gobierno decidió rebajar el Impuesto a la Renta (IR) a las empresas de 30% a 28% en el ejercicio fiscal 2015, a 27% en el 2016 y a 26% desde el 2018. Y simultáneamente elevar el impuesto a los dividendos a 6.8%, 8% y 9.3% en los mismos periodos de tiempo.
Hoy, a puertas de un proceso electoral, algunas voces se alzan para preguntarse sobre la conveniencia o no de respetar la norma vigente y seguir reduciendo el IR. Asimismo, ya algunos candidatos a la presidencia plantean la opción de rebajar no solo el IR sino también el IGV.
Julio Velarde, presidente del BCR, es una de las primeras voces que se ha manifestado en contra de continuar con la rebaja planteada el año pasado debido a que el déficit fiscal está acechando. Para él es inconveniente seguir reduciendo impuestos, pues los ingresos están cayendo y eso podría generar una contracción de la inversión pública.
El ministro Alonso Segura defiende la rebaja aprobada el año pasado porque sigue creyendo que es una medida reactivadora para la economía. Por su parte, Alfredo Thorne, jefe del equipo económico del partido Peruanos Por el Kambio, valida la rebaja de impuestos (incluso propone aplicarla al IGV), pues cree que ayudará a la formalización y ampliación de la base tributaria. Por lo pronto, el MEF debería mostrar cifras que demuestren que las medidas adoptadas durante este año han generado algunos de los efectos esperados. Por ahora, las cifras muestran una importante caída en la recaudación.
Dicen que no hay mejor maestro que la historia y por todos los problemas que hemos atravesado en el pasado resulta vital mantener la fortaleza fiscal. Si el MEF quiere insistir en su propuesta debería demostrar claramente que la rebaja de impuestos no generará una brecha cada vez mayor y permanente entre ingresos y gastos.
La situación económica que atraviesa el país no genera espacio para dar pasos en falso, todos queremos que se reduzca la informalidad y que cada vez tributen más empresas y personas; sin embargo, las decisiones que se tomen en materia tributaria deben ser no solo bien pensadas, sino además sustentadas con resultados empíricos.