SERVIR. La reforma del servicio civil del Estado avanza lenta. Ha pasado año y medio desde la promulgación de la Ley 30057 y, aunque se esperaba un alto grado de reticencia de las entidades públicas, el Gobierno hizo bien en no dejarse amedrentar por las marchas y protestas –cualidad que parece haber perdido–.
Pero preocupa que ni siquiera con un panorama calmado se haya podido hacer entender a los servidores estatales (y a sus superiores) que la meritocracia es la manera óptima de desarrollar una carrera profesional, como sucede en buena parte del sector privado. Información de la propia Autoridad Nacional del Servicio Civil (Servir) da cuenta que 111 entidades se hallan en “pleno tránsito” hacia la reforma. Considerando que son más de 2,000, creemos que ese número debería ser más elevado.
Un detalle que no sorprende es que la gran mayoría de las que se han acogido (el 77%) pertenece al Gobierno Nacional (ministerios, organismos reguladores, ejecutores y técnicos, etc.). El 18% corresponde a los gobiernos locales y el 5% a los gobiernos regionales: Junín, La Libertad, Piura y Tacna, más el Servicio de Administración Tributaria de Trujillo. Se puede concluir que Servir ha concentrado sus esfuerzos en promover la reforma en la capital y/o que la oposición en el interior del país todavía es fuerte.
Sabemos que la tarea es complicada, que muchas veces los cambios estructurales toman tiempo y que requiere de un elevado poder de convencimiento, pero Servir no puede batallar solo. En varias oportunidades hemos insistido en que la reforma del servicio civil necesita del apoyo político al más alto nivel, pues de lo contrario no podrá pisar el acelerador y lograr que más entidades se acojan al nuevo régimen.
Hablando de velocidades poco sugestivas, un indicador que el año pasado sufrió un frenazo fue la productividad laboral, pues apenas creció 0.5%, según la Cámara de Comercio de Lima. Este resultado está acorde con la desaceleración del PBI, que es uno de los insumos de dicho cálculo. Solo comercio y servicios mostraron una variación positiva, pero como representan más de la mitad de la PEA ocupada, influyeron en el resultado total. Ojalá este año dejemos de sentirnos como las tortugas.