Barreras burocráticas. La Contraloría de la República ha identificado nueve áreas en las que los trámites burocráticos traban las inversiones. Este es el enésimo diagnóstico sobre un problema del que los empresarios no se cansan de exigir soluciones y que los gobiernos no le han prestado gran atención. Pero como se trata de una entidad que vela por el cumplimiento de la normativa en los contratos con el sector público, conviene analizar sus conclusiones y recomendaciones.
Una de las áreas críticas que la Contraloría dice que deben simplificarse es la de licencias y permisos municipales. Consideramos que es la más urgente, dado que afecta a las empresas de todas las actividades –nadie puede instalar un negocio sin tener que lidiar con las engorrosas normas que imponen los municipios–.
La entidad recomienda la formulación de una política regulatoria de alcance nacional. Esta novedosa reingeniería bien podría comenzar por estudiar los textos únicos de procedimientos administrativos (TUPA ) de todos los gobiernos locales (provinciales y distritales), a fin de evaluar su sentido económico y la conveniencia de mantenerlos. La uniformización de tasas y licencias también debería formar parte de ese cambio, porque es incomprensible que cada municipio cobre distinto por servicios que supuestamente son similares.
Sin embargo, habría que cuidarse de añadir más burocracia. Por ejemplo, la Contraloría propone la creación de un órgano especializado encargado de promover y supervisar la gestión regulatoria. Sucede que ya existe: es la Comisión de Eliminación de Barreras Burocráticas de Indecopi, una de cuyas funciones es contribuir “a la simplificación administrativa mediante el control posterior de las normas y disposiciones a favor de los ciudadanos”. Quizás esta oficina no está haciendo su trabajo con la amplitud y celeridad que se espera.
El 63% de los miembros de la Cámara de Comercio de Lima (CCL) percibe que ninguno de los candidatos presidenciales propone soluciones para reducir el exceso de procedimientos engorrosos o las barreras burocráticas. Salvo contadas excepciones, el actual Gobierno no hizo mucho para desajustar esa camisa de fuerza. ¿El próximo la tendrá más clara o seguirá en lo mismo?