Transparencia. ¿Cuál es la utilidad de los sitios web de las entidades del Estado? En teoría, deben ser herramientas de información sobre los servicios que brindan a los ciudadanos. En la práctica, sin embargo, parecen plataformas de autopromoción de sus máximas autoridades (ministros, jefes, gobernadores, alcaldes, etcétera).
Lo primero que aparece en la mayoría es la fotografía del funcionario en cuestión, generalmente inaugurando alguna obra, suscribiendo algún convenio o participando en alguna reunión de trascendencia. En el caso de los ministros (y ministras), suponemos que el objetivo es hacerle ver a su jefe (o jefa) que están trabajando y que su nombramiento está justificado. No estamos seguros si la población les otorga una valoración similar.
Son pocos los que entienden la funcionalidad de su presencia en Internet como una fuente de consulta, entre ellos, el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo –cuyo sitio web presenta un diseño moderno y es de fácil navegación– y el del MEF, que tras décadas de hermetismo ahora se esmera por publicar información de interés, aunque con menor detalle de lo que hacía años atrás.
La otra cara de la moneda son los sitios de los ministerios de Salud y del Interior, entre otros: la navegación es poco amigable y aunque ofrecen datos de utilidad, su ubicación parece responder a criterios poco comprensibles para alguien que posea un manejo promedio de Internet. Eso sí, sus respectivos ministros ocupan un espacio estelar y los vemos haciendo de todo.
Pero quienes se llevan las palmas en lo que respecta al protagonismo del principal funcionario son los sitios de los gobiernos regionales y municipios. No se salvan ni los de la llamada “Lima moderna”, salvo San Isidro, aunque hay que anotar que el de Magdalena del Mar cede algo de píxeles al lío limítrofe con el anterior.
Es claro que las remuneraciones de los webmasters y los asesores de comunicación e imagen de estas entidades provienen de las arcas públicas, de modo que habría que recordarles que su función no es ensalzar la productividad de sus jefes. Hay ejemplos de sitios web convenientemente diseñados que sirven al propósito para el que fueron creados. Los organismos reguladores, la Sunat y el BCR son casos que demuestran que Internet sí es útil.