EXPECTATIVAS. Un año después de su juramentación, apenas un 14% cree que Pedro Pablo Kuczynski logrará hacer un buen gobierno, esto implica una caída de 31 puntos porcentuales, según la encuesta Pulso Perú, comparado a lo que sucedía hace un año atrás, y deja en evidencia que en apenas doce meses se han desvanecido las ilusiones de la población. Un resultado que no despierta expectativas para los cuatro años que restan del mandato del presidente Kuczynski.

Desde casi todos los sectores se le sugirió al presidente un gran gesto durante el mensaje de Fiestas Patrias, uno que sirviera para reconectar con la población a fin de que el país pudiera sentir un cambio real de rumbo que permitiera recobrar la expectativa con la que inició su periodo presidencial. Por ejemplo, una recomposición real en el Gabinete.

Sin embargo, eso no ocurrió. Es así que un 56% de la población esperaba mayores cambios ministeriales y apenas un 30% recuerda anuncios como mejorar la economía o los proyectos de agua y desagüe (temas que ya había tocado en su primer mensaje). Una oportunidad desaprovechada para enganchar nuevamente con el país y que podría significar que la población viva los próximos cuatro años en piloto automático esperando al próximo Gobierno.

Lo que sí ocurrió antes de 28 de julio fue un segundo encuentro entre Keiko Fujimori y Kuczynski, cuyo primer logro ha sido el de reducir el nivel de beligerancia. Aun así, el 52% no percibe ningún impacto para el país. Es más, el 46% cree que no habrá indulto a Alberto Fujimori este año, frente a un 44% que sí lo ve posible. Queda tanto al Gobierno como a Fuerza Popular mostrar resultados concretos para demostrar que el diálogo sí tendrá impacto en la gobernabilidad del país.
e
Del mismo modo, las huelgas tampoco ayudan a la tranquilidad del país y si bien la mayoría considera que son por reclamos justos, un 52% cree que no se les debería pagar a los profesores que están en huelga.
Aunque una encuesta es la fotografía de la población en un momento específico, bien haría el presidente en estar atento a lo que piensa la ciudadanía para recuperar su ilusión, aunque el mandatario no valore tanto la política.