Nueva York (Reuters).- Los gobiernos y las compañías de América Latina podrían bajar a la mitad sus ventas de bonos globales en 2017, dijeron banqueros, ante el impacto por la victoria electoral de Donald Trump en la confianza inversora en los mercados emergentes.
Las ventas de bonos en América Latina y el Caribe recaudaron cerca de 120,000 millones de dólares en el año hasta el 8 de noviembre, pero podrían caer a entre 60,000 y 70,000 millones de dólares el próximo año, según estimaciones de algunos gestores de emisiones de bonos en la región.
La política en la campaña de Trump de proteccionismo comercial podría generar problemas para los prestamistas latinoamericanos con vínculos cercanos a Estados Unidos. El compromiso de Trump de fortalecer el gasto en infraestructura también ha provocado inquietud por un alza más intensa de las tasas de interés en Estados Unidos, llevando a una salida de capitales de los mercados emergentes en búsqueda de seguridad.
Si Trump pone en marcha una política de proteccionismo comercial, restringiendo importaciones latinoamericanas, los prestamistas regionales que son menos dependientes de las exportaciones a Estados Unidos estarán el próximo año en mejor posición para vender deuda que aquellos con una mayor exposición, dijeron banqueros como Lisandro Miguens de JPMorgan Chase & Co.
Si la incertidumbre sobre las políticas de Trump se extiende más allá de la toma de mando del 20 de enero, el costo regional de los préstamos podría dar un salto, dijeron los banqueros. Pero, “si disminuye la volatilidad del mercado de bonos y la incertidumbre vinculada a las políticas de Trump, podríamos ver alguna normalización en el mercado primario”, dijo Miguens.
Los riesgos geopolíticos generados por la elección del empresario podrían frenar el crecimiento económico de Latinoamérica. La mayoría de banqueros dice que México, que envía el 80% de sus exportaciones a Estados Unidos, es el país que enfrentaría un acceso más restringido al mercado de financiamiento de bonos que Brasil o Argentina, que están revisando sus políticas económicas y tienen relativamente poco comercio con Estados Unidos.
Según Miguens, el panorama económico de la región ha seguido mejorando y los inversionistas buscan “lugares para colocar su dinero al despejarse el equilibrio para el efectivo”. Se espera que los prestamistas cumplan con el pago de cupones y amortizaciones del principal de la deuda en los próximos cuatro meses, lo que podría ayudar a la demanda de nueva deuda, agregó.
Pero la sorpresiva victoria de Trump también podría hacer menos atractivo el mercado de bonos para los prestamistas regionales si el dólar se sigue fortaleciendo frente las monedas locales o si los rendimientos permanecen volátiles, según Renato Ejnisman, director gerente de Banco Bradesco BBI.
Los bonos soberanos y corporativos de América Latina han perdido un considerable atractivo en los últimos días, donde los rendimientos de papeles de corto plazo han trepado en medio de la reciente liquidación de notas del Tesoro estadounidense.
“Un mercado más ajustado para emisiones de bonos podría ofrecer la oportunidad para que bancos de la región se aprovechen de la holgura creada por nerviosos inversores en deuda”, dijo Baruc Saez, jefe de ingresos fijos internacionales de Itaú BBA SA en Nueva York.
No obstante, bancos latinoamericanos, desde México a Brasil y Colombia han limitado el desembolso a corporaciones tras la desaceleración económica, lo que ha aumentado el número de deudas incobrables y generado mayores restricciones al capital. Solamente en Brasil, los prestamos corporativos podrían reducirse en 5.0% en algunos de los principales bancos del país.