(Bloomberg).- Se supone que las tasas de interés bajas aceleran el crecimiento económico. Pero si los bancos las rebajan demasiado, podrían en realidad desacelerar la economía. Es lo que dice una teoría opuesta a la intuición que está recorriendo los círculos académicos y bancarios.
“Las medidas de la Fed tal vez estén teniendo poco efecto, o inclusive efectos contrarios a los que la Fed se propone”, escribió Charles Calomiris, economista de la Escuela de Negocios de Columbia, en un artículo que apareció en el número de invierno del libertario Cato Journal titulado “Los peligros microeconómicos de los Experimentos en política monetaria”.
La idea de que los bancos centrales podrían empeorar inadvertidamente las cosas parte de un principio incontrovertido: los bancos ganan dinero con la diferencia --el margen-- entre lo que deben pagar para atraer depósitos y lo que pueden ganar prestándolos.
Los problemas surgen cuando los bancos centrales reducen las tasas de interés hacia cero o incluso más abajo, porque sus márgenes de beneficio se comprimen.
La acción del banco central hace bajar la tasa que los bancos pueden ganar en sus préstamos. Pero éstos no pueden bajar la cantidad que pagan por los depósitos en un monto igual. Eso los obligaría a pagar menos de cero por los depósitos, algo que los depositantes no aceptan. La gente prefiere mantener su dinero bajo el colchón antes que pagar por mantenerlo en un banco.
Cuando las tasas de interés son ultra-bajas, los márgenes de beneficio de los bancos sobre los préstamos son tan pequeños que no tienen ningún incentivo real para asumir los riesgos de prestar.
Lo que hacen en cambio, es poner su dinero en activos seguros como los bonos del Tesoro estadounidense, que rinden casi tanto como los préstamos. Esto deprime el volumen de préstamos, especialmente aquellos que los bancos retienen en sus libros, como los préstamos comerciales e industriales.
“Necesitamos volver a un mercado de fondos federales que funcione normalmente. Entonces sabremos mejor lo que la Fed debería hacer”, dice Calomiris. La Reserva Federal, dice, debería elevar de inmediato al menos 1 punto porcentual la tasa de corto plazo que controla. Hacerlo no alteraría la economía estadounidense e incluso podría ayudarla, dice.
Aunque no adhieren a todo lo que dice Calomiris, las organizaciones bancarias comparten su preocupación por las tasas de interés bajas.
James Chessen, economista jefe de la Asociación de Banqueros de Estados Unidos, dijo en una entrevista el 5 de junio: “Las tasas de interés han estado demasiado bajas durante demasiado tiempo. La Asociación de Banqueros Comunitarios Independientes, que representa a bancos más pequeños de Estados Unidos, cree que “las tasas de interés más altas serían una ventaja neta para el sector bancario comunitario que ayudaría a éste a ampliar más el crédito”, según el portavoz Paul Merski.
El vicepresidente de Federal Deposit Insurance Corp., Thomas Hoenig, en una visita a la sede de Bloomberg en Nueva York, dijo el lunes que elevar las tasas de interés ahora --como lo está haciendo gradualmente la Reserva Federal-- tendrá efectos ambivalentes en los bancos que su organización supervisa y asegura.
“Probablemente será doloroso para algunos y agradable para otros”, dijo Hoenig. “Es una máquina grande con muchas piezas movibles.”
Otros economistas que se especializan en política monetaria consideran que el problema que plantea Calomiris se aplica más a Europa y Japón que a Estados Unidos, donde las tasas de interés ya han comenzado a subir.
Después de mantener el rango de la tasa de fondos federales en un piso sin precedente de cero a 0.25% durante siete años, la Fed comenzó a subirlo gradualmente a finales del 2015. El rango es ahora del 0.75% al 1%.
Los mercados financieros apuestan a un aumento adicional de un cuarto de punto en la reunión del 13 al 14 de junio del Comité Federal de Mercado Abierto.