El uso de los burkinis, un traje de baño especialmente diseñado para mujeres musulmanas que solo deja al descubierto parte de su cara, manos y pies, ha sido el punto de inicio de una industria que ahora mueve mucho dinero.

Aheda Zanetti, creadora del burkini, aseguró que desde que se conoció la noticia de que las autoridades de Francia prohibirían el uso de este bikini en 15 localidades y playas de la costa mediterránea, las ventas por Internet del burkini se han incrementado un 200%.

Según el diario El Mercurio, Kerim Ture, director general de la empresa Modanisa, que vende por Internet ropa de baño para mujeres musulmanas en más de 75 países, señaló que desde la polémica, los pedidos de burkinis desde Francia han aumentado entre un 15% y 20%.

En este mismo contexto, hace tan solo unos meses atrás Estambul acogió una semana de la moda islámica.

Tras el evento, el diseñador Osman Ozdemir, señaló que el sector lleva años en crecimiento, lo que quedaría en evidencia con que en enero de este año, una serie de marcas de renombre, como por ejemplo Dolce & Gabbana, lanzaron colecciones especialmente diseñadas para la clientela musulmana de Oriente Medio.

Otras marcas que han seguido esta tendencia son Armani, Calvin Klein y Prada, las cuales también decidieron entrar a este negocio producto de que en el año 2013 las mujeres musulmanas gastaron US$ 90,000 millones en moda, según la revista Fortune.

No obstante, esta cifra seguiría en expansión, ya que según el Consejo del diseño y la moda islámica (IFDC), en los próximos años este mercado podría llegar a mover más de US$ 500 mil millones.