Berlín (Reuters).- La canciller alemana, Angela Merkel, abordó las críticas al programa de compras de bonos de los estados en problemas del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi; e indicó que su ex asesor económico(Jens Weidmann, presidente del banco central alemán) tenía derecho a expresar sus opiniones acerca de la estrategia en la crisis.
El ministro de Finanzas Wolfgang Schaeuble, en lo que fue visto como un ataque directo contra Weidmann, dijo a un diario alemán el fin de semana que el debate público sobre el plan de compras de bonos generaba riesgos de dañar la confianza en el BCE.
Merkel ha tenido que caminar por una línea delgada, defendiendo al mismo tiempo a Weidmann, cuyas críticas son compartidas por muchos alemanes, y apoyando las políticas de Draghi, que han calmado a los mercados y reforzaron la confianza en la resolución de la crisis.
Merkel dijo en conferencia de prensa el lunes que no tenía motivos para creer que el BCE estuviera violando su mandato con las compras de bonos, una medida que según dijo Weidmann, rompe el tabú del financiamiento a los estados.
La canciller alemana también advirtió el lunes que no se debe crear apresuradamente un supervisor bancario paneuropeo bajo el paraguas del BCE y dijo que es más importante establecer un regulador creíble que cumplir la meta que se impuso Europa para enero.
Mercados
La iniciativa de Draghi, el dictamen de la corte de Karlsruhe a favor del fondo de rescate y el buen desempeño de los partidos que defienden el euro en unas elecciones holandesas de la semana pasada se combinaron para beneficiar a los mercados, impulsando al euro al máximo de cuatro meses contra el dólar.
Merkel se presentó calma y confiada durante el encuentro informativo, de una hora y media, donde reporteros alemanes e internacionales le preguntaron sobre la crisis del euro, sus esperanzas de reelección, las protestas en el mundo árabe, Irán, Siria y la política energética.
La líder alemana de 58 años de edad ofreció una robusta defensa de su ministro de Finanzas Wolfgang Schaeuble, quien, en un encuentro con sus contrapartes europeos en Chipre el fin de semana, minimizó las expectativas de que un nuevo organismo de supervisión de los bancos vaya a estar en pleno funcionamiento en el inicio del 2013.
“No es cuestión de presentar algo tan pronto como sea posible, que además terminará sin funcionar, sino de recuperar la credibilidad”, dijo Merkel a los reporteros.
Sostuvo que es “bastante improbable” que el organismo esté operativo para el 1 de enero, al afirmar que es mejor ir “un poco más lento” para asegurar un regulador de alta calidad.
Merkel también descartó la noción de que los bancos en dificultades puedan ser capaces de acudir al nuevo fondo de rescate de la zona euro, el Mecanismo Europeo de Estabilidad, para tener asistencia directa antes de que el nuevo supervisor esté en marcha.
La creación de un regulador bancario paneuropeo debe ser aprobada por los 27 Estados miembros de la UE. El plan apunta a romper el vínculo entre los bancos en problemas y los gobiernos endeudados, una interdependencia que ha exacerbado la crisis que ya lleva tres años.
Si bien Alemania fue una fuerza central detrás de la idea en una cumbre de la UE en junio pasado, luego ha advertido en contra de sobrecargar al BCE con nuevas tareas demasiado pronto.
Por ejemplo, Berlín resiste los planes de la Comisión Europea para dar al BCE la responsabilidad de monitorear a los 6,000 bancos del bloque, en parte debido a que quiere retener la supervisión primaria de los bancos regionales y cooperativos alemanes.