(Bloomberg Gadfly).- La Reserva Federal sugiere que puede elevar las tasas de interés basándose únicamente en el estado de la economía de Estados Unidos.
Sin embargo, en la realidad, pareciera que ni sus propios miembros creen completamente en eso.
Los banqueros centrales están analizando los datos sobre la inflación y el empleo de Estados Unidos, pero también están estudiando los mercados financieros por cualquier indicio de inestabilidad en el mundo.
Cada vez más hablan sobre los riesgos globales en sus declaraciones oficiales, aunque parece que estas cambian continuamente. ¿Es China el problema? ¿Es Brasil? ¿O es el temor por la eventual salida del Reino Unido de la Unión Europea?
Es muy probable que el fantasma del llamado Brexit ocupe un importante lugar en la reunión de la Fed que comienza este martes. No obstante, ese es tan solo uno de los muchos riesgos que han preocupado a los responsables de las políticas en los últimos meses.
La Fed dice que es hora de que Estados Unidos tenga tasas más altas, aunque el dinero extranjero sigue entrando en grandes cantidades al país, ya que los inversores buscan descansar de las tasas de interés negativas de Europa y Japón. Esto ha hecho que los costos de endeudamiento de Estados Unidos se mantengan bajos a pesar del aumento de la inflación y la continua plática de la Fed sobre el alza de las tasas de referencia.
Este contexto exhibe un panorama distinto a cualquier otro en la historia de la Fed y exige un nuevo enfoque. Estados Unidos necesita comunicar en forma directa a los operadores y economistas cómo evalúa los riesgos globales y cómo planea cooperar con otros banqueros centrales, que están involucrados en los esfuerzos de estímulo. Debe aceptar que no puede elevar las tasas de manera significativa sin una coordinación explícita con otros bancos centrales de distintas partes del mundo.
Si la Fed intenta hacerlo por sí sola, corre el riesgo de provocar una agitación del mercado que podría arruinar la economía estadounidense y también las economías globales. Es un lujo que por ahora no se puede permitir.
Este artículo no refleja necesariamente la opinión de Bloomberg LP y sus propietarios.
Por Lisa Abramowicz.