(Reuters).- El plan de Argentina para reestructurar su deuda externa a fin de sortear el fallo de una corte estadounidense que le impidió pagar a sus acreedores, aumenta el riesgo de que los inversionistas demanden al país gaucho el pago acelerado de sus bonos.
La tercera economía de América Latina cayó recientemente en su segunda cesación de pagos en poco más de una década, lo que abre la posibilidad de que bonistas reclamen el pago inmediato de valores de los títulos que posean, en un proceso conocido como aceleración.
Una aceleración podría dejar al país sudamericano frente a demandas por hasta US$ 30,000 millones, una cifra que supera las reservas en moneda extranjera del Banco Central.
Argentina entró en default al no haber cumplido con un pago de intereses a fines de julio debido a un bloqueo de una corte estadounidense, que impidió al país pagar vencimientos de deuda reestructurada hasta que no compense a un grupo de fondos de cobertura que en dos ocasiones rechazó canjear sus títulos.
Wall Street había quedado dividida respecto del riesgo de una aceleración, ya que algunos gerentes de fondos -incluso aquellos que tienen bonos argentinos- argumentaban que eso sólo endurecería la postura del Gobierno en contra de los “holdouts” en momentos en que aún había esperanzas de una salida negociada.
Pero, el anuncio *de la presidenta Cristina Fernández el martes de que Argentina presionaría para realizar pagos de sus bonos soberanos *a través de un banco estatal en Buenos Aires echó agua fría sobre cualquier resto de expectativa de un acuerdo con los acreedores “holdouts”.
Analistas del mercado de bonos soberanos dijeron que probablemente no haya una resolución de la saga de la deuda hasta después de las elecciones presidenciales de octubre del 2015, en la cual Fernández no puede presentarse, lo que prolongaría la exclusión del país de los mercados globales de capitales.
“La estrategia clara de no pagar a los ‘holdouts’ y no solucionar la cesación de pagos podría impulsar a la aceleración de los bonos”, dijo Siobhan Morden, analista de Jefferies.
Argentina cayó en un default parcial luego de que el juez de distrito estadounidense Thomas Griesa bloqueó el pago de un cupón por 539 millones de dólares, tras ordenar que los bonos canjeados no podrán recibir pagos hasta que el país no cancele a los acreedores “holdouts” el valor total de sus títulos.
Ese dinero permanece retenido por el agente de pagos, el Bank of New York Mellon (BONY).
Un proyecto de ley que será discutido la semana próxima en el Congreso argentino busca remover a esa entidad y poner en ese rol al Banco Nación para asegurar pagos futuros de deuda a través de bancos locales.
“La buena noticia es que Argentina finalmente está proponiendo cómo pagar a sus tenedores de bonos. La mala noticia es que esa complicada conversión a ley local o a pago local trae un alto riesgo de ejecución”, afirmó Morden.
El ministro de Economía, Axel Kicillof, desafió al veterano juez Griesa el miércoles al decir que un pago total a los holdouts sería una “locura”.
Kicillof dijo que no sabía qué implicaciones podría tener el cambio de jurisdicción o de lugar de pago en relación con el riesgo de una aceleración.
Bonos par vulnerables
Una aceleración ocurre si acreedores con al menos el 25% del valor nominal de cualquier serie de bonos reestructurados demandan un pago inmediato.
De todos los bonos susceptibles a una aceleración, una de las series de PAR en dólares con vencimiento en el 2038 ha sido el foco de la atención de los inversores, con un capital de sólo US$ 95.3 millones, reportó la semana pasada IFR, un servicio de información financiera de Thomson Reuters.
Como se negocia a poco menos de 48 centavos por dólar en los mercados internacionales, el PAR ofrece una ganancia mayor a la del Discount en dólares si se acelera el pago del título para recuperar 100 centavos por dólar.
El Discount, otro de los títulos emitidos en los canjes de deuda del 2005 y el 2010, vale alrededor de 80 centavos por dólar.
Rune Hejrskov, un administrador de cartera senior en Jyske Invest, dijo que una ola de ventas del bono PAR podría ser la principal causa para la aceleración.
“Si los precios reciben un golpe importante por esto (el proyecto de ley argentino), entonces (los tenedores del PAR) podrían comenzar a considerar una aceleración como una opción viable”, explicó Hejrskov, cuya firma tiene deuda argentina.
“No tendría sentido para los Discounts considerar una aceleración con el precio en el nivel de los 80. Pienso que deberían estar negociándose en el nivel de los 60 (para que sea considerada la opción de la aceleración)”, agregó.
Otros inversores no piensan igual y argumentan que una aceleración de una serie disparará un efecto cascada sobre el resto de los títulos.
Un administrador de fondos dijo a IFR bajo anonimato que “una vez que haya (una aceleración) sobre una serie, todo el mundo hará lo mismo”.
Retroceso evidente
Fernández dijo que los tenedores de bonos tendrán la opción de canjear sus títulos por otros bajo leyes argentinas.
La propuesta no llega a ser la opción que analistas han calificado como nuclear, que es un canje de deuda obligatorio, aunque podría conllevar riesgos legales.
“El Gobierno es consciente de que muchos inversores no están dispuestos a entrar en esta clase de operación”, dijo Alejo Costa, jefe de estrategia en el banco de inversión local Puente, en Buenos Aires.
“No creo que esperen una alta tasa de participación”, agregó.
Costa afirmó que algunos inversores podrían considerar el intento por cambiar el agente y el lugar de pago como una violación de los contratos de los bonos, llevándolos a pedir una aceleración.
Interrogado sobre cómo espera que el Gobierno reaccione a una eventual aceleración, Costa dijo que posiblemente intentará bloquearla en la justicia, incrementándose la posibilidad de una larga y costosa batalla legal.
Esto, según analistas, podría persuadir a algunos inversores a no exigir el pago inmediato de los bonos.
Algunos expertos creen que la situación no se resolverá hasta que un nuevo gobierno asuma en Argentina a finales del 2015.
“Es un claro revés desde el punto de vista del riesgo país”, dijo Kevin Daly, un administrador de cartera en Aberdeen Asset Management en Londres. “Esto no ayuda en nada para permitir (al país) regresar al mercado”, concluyó.