DESDE AFUERA. El miércoles de la semana pasada, el jefe de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), Daniel Schydlowsky, admitió que la enorme diferencia que existe entre las tasas de interés que pagan los bancos por los depósitos que captan (3%) y la tasa que cobran por los créditos que otorgan (50%) es un “problemón” para sostener el crecimiento económico. Esta situación, desincentiva el ahorro por un lado, y socava la inversión por el otro.
La Asociación de Bancos del Perú (Asbanc), por su parte, explicó que las tasas de los préstamos que otorga la banca corresponden tanto al riesgo crediticio de sus clientes como a los costos operativos y regulatorios que afrontan las instituciones financieras.
La reciente experiencia con las comisiones bancarias, sin embargo, parece haberle echado luces a la SBS sobre cómo abordar este tipo de problema. En aquella ocasión, la SBS pensó que si obligaba a los bancos a eliminar diversas comisiones que cobraban, los consumidores se verían beneficiados con menores costos. Lo que ocurrió en la práctica –obviamente- fue que las comisiones antes cobradas directamente por el uso de algún servicio fueron reubicadas para ser cobradas indirectamente mediante las comisiones permitidas.
Tanto en el caso de las comisiones como en el de los intereses, lo mejor que puede hacer la SBS para beneficiar a los consumidores es utilizar la economía de mercado. Es decir, fomentar la competencia. El jefe de la SBS sugirió una mayor transparencia y la incorporación de nuevos jugadores al sistema como propuestas para afrontar este reto, pero no especificó cómo llevarlas a cabo. Una opción sencilla y efectiva es la elaboración de un ranking didáctico que compare las tasas y comisiones equivalentes de todos los bancos, estandarizándolas, a fin de difundirla entre los consumidores. Esto incentivaría la competencia entre los bancos existentes en el mercado, mientras que, a la vez, se abren las puertas a nuevos jugadores que deseen entrar a competir.
Por último, la SBS debería reforzar las campañas de educación financiera que permitan a los consumidores discernir lo que les conviene. Como se habrán dado cuenta, hay mucho que se puede hacer sin intervenir.