Los precios del petróleo han reportado caída libre en los últimos meses, desde un máximo de US$ 114.81 el 20 de junio del 2014 a un mínimo de US$ 48.47 registrado el 28 de enero del 2015; y según Coface, el 57.8% de la contracción está relacionada con un incremento en la producción junto con una menor demanda.
Con respecto a la oferta, la última revolución del shale gas en los Estados Unidos ha incrementado la producción en el país a su nivel más alto en tres décadas.
Por el contrario, China, que es el principal consumidor (12% del consumo total del petróleo), ha solicitado menores cantidades debido a la baja en el crecimiento de su Producto Bruto Interno (PBI). Mientras que la decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en noviembre 27 para mantener la producción al mismo nivel contribuyó al descenso de los precio del petróleo.
En realidad, el objetivo de la decisión del OPEP es disuadir las inversiones en los nuevos campos de shale gas ya que reducen sus relativas ganancias.
Según el análisis de Coface, el impacto de los precios del petróleo en América Latina depende del país y del tiempo en el que se mantenga este y varía de acuerdo a los diferentes países en la región.
Indicó que Venezuela es el mayor perdedor y el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica que cada US$ 10 de disminución en los precios del petróleo reduce la balanza comercial en 3.5% del PBI.
Considerando las exportaciones netas de petróleo, Colombia y Ecuador son, respectivamente, el segundo y el tercer país más sensibles con caídas en los precios del petróleo.
En contraparte, Chile, Brasil, Argentina y Perú tienden a presentar resultados positivos en la balanza comercial. Sin embargo, los precios más bajos repercutirían de manera negativa a mediano plazo en los planes de inversión de petróleo en Argentina y Brasil.