(Bloomberg).- Las probabilidades de que una versión débil del fenómeno climático La Niña avance desde el Pacífico han aumentado en el último mes, lo que hace crecer las perspectivas de un invierno frío en el norte de Estados Unidos, sequía en Brasil y lluvias torrenciales en Australia.
En la actualidad hay un 70% de probabilidades de que el fenómeno se produzca en noviembre, por encima del 40% previsto el mes pasado, dijo el jueves en una actualización mensual el Centro de Pronóstico Climático de Estados Unidos, que restableció el seguimiento de La Niña.
Los operadores de gas natural de Estados Unidos están atentos al fenómeno porque puede significar inviernos fríos para los estados del norte y precios más altos por el uso de combustible para calefacción. También puede provocar sequías en áreas de cultivo de soja en Brasil e inundaciones en las regiones de extracción de carbón de Australia.
“En realidad el pronóstico se relaciona con el evento más marginal posible de La Niña”, dijo Michelle L’Heureux, del Centro de Pronóstico Climático de College Park, Maryland. “Es muy posible que lo superemos y no se forme. También podría formarse y solo alcanzar nuestra definición histórica”.
La Niña ocurre por lo general cada dos a siete años, cuando temperaturas más frías de la superficie del Pacífico producen una reacción en la atmósfera. Los pronosticadores abandonaron el seguimiento de La Niña el mes pasado, al no observar cambios en las tormentas, vientos ni temperaturas oceánicas.
“Sucede literalmente lo opuesto”, dijo por teléfono L’Heureux. “En el lapso de un mes es como si algo se hubiera activado”.
Las recientes lluvias torrenciales en Australia son producto de un fenómeno climático distinto que se origina en el océano Índico, según la Oficina de Meteorología de Australia. El centro climático de Estados Unidos difundirá sus perspectivas para el invierno (boreal) la semana próxima.