Buenos Aires (Reuters).- Las monedas latinoamericanas continuarán muy volátiles en las próximas jornadas tras la conmoción cambiaria que causó la victoria del republicano Donald Trump la semana pasada en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, lo que podría llevar a que gobiernos de la región salgan a poner paños fríos.

El peso mexicano fue el que más sufrió, derrumbándose casi 10% en pocos días a mínimos en torno a 21 unidades por dólar. La moneda seguirá frágil mientras se vayan conociendo los planes económicos de Trump, que incluirían posibles restricciones comerciales a México.

“La volatilidad del tipo de cambio (mexicano) se mantendrá en los próximos meses en espera de las acciones económicas que tomará el nuevo gobierno de Estados Unidos”, dijo Santander en un reporte. Algunos creían que las autoridades en México responderían de inmediato, pero la semana pasada se abstuvieron.

Ahora, señaló Santander, “es probable que de mantenerse esta fuerte depreciación del peso, la Comisión de Cambios tendrá que actuar -inyectando dólares en el mercado cambiario- junto con una subida de tasas por parte de Banxico”, como se conoce al banco central mexicano.

La tensión podría disminuir en caso de que Trump baje el duro tono que usó en la campaña. En una entrevista el domingo, el líder electo tomó distancia de su promesa de construir un muro en la frontera con México, al decir que algunas áreas en cambio podrían ser “valladas”.

Otra moneda muy castigada fue el peso colombiano. Carolina Díaz, analista del Banco de Bogotá, dijo que “nada juega en nuestro favor ahora, mi apuesta es que sigue la devaluación en la medida en que no se despeje el panorama de Estados Unidos, sumado al escenario del petróleo”.

Hasta el real sintió el efecto, ya que el contagio de todos los mercados emergentes influyó más que la moderada conexión de la economía de Brasil con la estadounidense. Considerando el nuevo escenario externo, los analistas anticipan más debilidad para la moneda.

“La elevación del nivel de incertidumbre en el corto plazo llevará a los agentes económicos a reconsiderar los precios de los activos de deuda, impactando el flujo de capitales para los mercados emergentes”, dijo Safra en un reporte. El banco rebajó su estimación del real a 3.30 a fin de año desde 3.10.

Sobre el peso argentino, la firma de inversión Puente destacó que la unidad “mantuvo una dinámica distinta a la de las monedas de la región, mayormente por factores idiosincráticos, como las altas tasas del BCRA (banco central) y el ingreso de flujos desde el exterior”.

La enorme suma de dólares que llega Argentina por una amnistía fiscal favorece a la moneda. “La visión de mediano plazo del peso se mantiene, aunque con un punto de entrada más alto, más cercano a 15.5 pesos, considerando el nuevo escenario menos favorable para las monedas emergentes”, dijo Puente.

En Chile, el peso se sostendría en caso de que continúe el repunte del valor del cobre. Y en Perú, se espera que el sol siga a la baja, entre 3.395 y 3.425 por dólar, mientras persiste la aversión global al riesgo. Sin embargo, el Gobierno limitaría la caída actuando en los mercados domésticos.