(Bloomberg).- En las colinas de tierra rojiza de Minas Gerais, una zona de Brasil que debe su nombre a las minas que fueron el sustento de generaciones, el peor desastre ambiental del país ha dejado al descubierto una nueva oportunidad para los brasileños afectados por la recesión y la pérdida de empleos – la extracción de oro.
La minería ilegal está en aumento en las comunidades devastadas por la ruptura de un dique que en noviembre desencadenó una mortal avalancha de lodo desde la gigantesca mina de mineral de hierro de Samarco, que mató a residentes y destruyó hogares. Miles de personas quedaron sin trabajo en medio de una profunda recesión nacional.
Sin embargo, el deslizamiento de tierra también sacudió los lechos de los ríos lo suficiente como para exponer partículas del metal precioso similares a las que provocaron la primera fiebre del oro en Brasil, hace tres siglos.
Aunque no se sabe cuántas personas están excavando ilegalmente para obtener su sustento, el número de quejas que recibe la policía militar del medio ambiente en la ciudad de Mariana ha aumentado aproximadamente un 30 por ciento desde el desastre, dijo el sargento Valdecir Nascimento, que ha trabajado durante 24 años en la unidad.
Esa cifra podría crecer porque Samarco – de propiedad de BHP Billiton Ltd. y Vale SA – suprimió 3,000 empleos tercerizados en un área rural donde el desempleo ya supera en más del doble el índice nacional.
“Intenté conseguir otro trabajo, pero es difícil, así que busco oro”, dijo Davidson Gomes, de 49 años, mientras desprendía las rocas y filtraba los sedimentos con sus manos en el fondo del río que pasa por el centro de Mariana. Gomes, que tiene tres hijos, dijo que antes del deslizamiento realizaba trabajos ocasionales.
Ruptura.
La ruptura del dique que ocurrió el 5 de noviembre liberó miles de millones de litros de residuos mineros, sepultando pueblos enteros en un frondoso valle con porciones de tierra de color rojizo y decenas de iglesias de estilo Barroco erigidas durante el anterior auge del oro. El derrame dejó 19 muertos y a cientos de personas sin hogar. Muchos mineros ilegales están apostando a que las comunidades que perdieron más ofrecen las mejores perspectivas.
“El lodo inundó la región con una gran fuerza”, dijo Hernani Lima, profesor de ingeniería en una universidad local de minería. “Levantó el río e hizo que el lecho fuera más profundo y dejó el oro más cerca de la superficie. La avalancha de barro hizo el trabajo que se realiza con una draga, pero con más fuerza”.
“La situación es muy grave”, dijo el alcalde de Mariana, Duarte Junior. “La gente está buscando empleo, pero la verdad es que no hay. Nuestro índice de desempleo ha llegado al 27%”.
Para algunos la única opción es buscar lo que queda del oro.