Roma (Reuters).- En enero, cuando el Papa anunció planes para nombrar nuevos cardenales y establecer la fecha de la ceremonia para este sábado, también les envió una carta pidiendo que no vieran este paso como una promoción y que no malgastasen dinero con fiestas celebratorias.
También dijo que deberían “vestir con la virtud y el sentimiento de Jesús” cuando le ayuden a dirigir la Iglesia. Como el atuendo ceremonial de un cardenal está regulado por la tradición, el Papa hablaba figuradamente.
Pero después de tal comunicado papal se podría esperar ver un aumento de las ropas heredadas o de tiendas de descuento.
Sin embargo, no ha habido un descenso en el negocio de los sastres eclesiásticos de lujo en Roma, los preferidos de los clérigos por los acabados de calidad y estilo, famosos en la artesanía italiana.
Lorenzo Gammarelli, que pertenece a la sexta generación de la familia que ha vestido a papas y prelados desde 1798, dijo que la austeridad todavía tiene que calar, y que la demanda de finos calcetines de lana, encajes y sotanas no ha variado.
La capa corta o muceta, una prenda que llega hasta la altura del codo, las rochetas de encaje y el gorro rojo o birreta que llevan los cardenales varían en precio dependiendo de la calidad de los materiales empleados, pero Gammarelli dijo que no hay señales de que los prelados cambien a otros tejidos menos lujosos.
“Según nuestra experiencia, los cambios de este tipo suceden muy despacio, así que si ocurren, espero que tengan lugar en unos años”, dijo Gammarelli en el mostrador de su acogedora tienda del centro de Roma, junto a una pila de paquetes etiquetados con los nombres de los cardenales a la espera que sean recogidos.